La nueva administración argentina, bajo el liderazgo del Presidente Javier Milei, enfrenta decisiones cruciales respecto a la Estación de Espacio Lejano, una base espacial china en la Patagonia. Inicialmente crítico con China, Milei ha adoptado un enfoque más pragmático dada la interdependencia económica entre Argentina y el gigante asiático. Sin embargo, ¿qué destino le espera estación espacial en Neuquén?
Desde 1972, cuando Argentina estableció relaciones diplomáticas con China, la relación bilateral ha sido dinámica. Esta colaboración se ha intensificado en las últimas décadas, especialmente en áreas como la inversión, el comercio y proyectos de infraestructura. El acuerdo de 2014 para construir una estación espacial en Neuquén fue un paso significativo en esta cooperación.
La Estación Espacial: Un Acuerdo Ambiguo
La base, operada por el Control General de Lanzamiento y Seguimiento de Satélites de China, ha sido motivo de preocupación para algunos sectores argentinos. Su ubicación en una zona remota del desierto patagónico y las ambigüedades en su propósito han generado debates sobre posibles objetivos militares y de espionaje.
Según un informe de The Diplomat, esta estación, que abarca unas 494 hectáreas, tiene una operatividad limitada para la Comisión Nacional de Actividades Espaciales (CONAE) argentina, lo que ha suscitado dudas sobre su verdadero propósito y el nivel de control argentino sobre las actividades que allí se llevan a cabo.