En una serie de ataques coordinados, buques comerciales estadounidenses en el Mar Rojo fueron blanco de aviones no tripulados y misiles, desencadenando una respuesta del destructor USS Carney. Los rebeldes Hutíes de Yemen, respaldados por Irán, se atribuyeron la responsabilidad de los ataques, marcando una escalada significativa en los conflictos marítimos en Oriente Próximo.
El Comando Central de Estados Unidos emitió un comunicado afirmando que los ataques, aunque lanzados por los Hutíes, contaban con el respaldo total de Irán. Además, se señaló que Estados Unidos considerará respuestas apropiadas en coordinación con aliados internacionales.
Respuesta estadunidense
Cuatro ataques afectaron a tres buques comerciales diferentes en aguas internacionales del sur del Mar Rojo. El USS Carney respondió a las llamadas de socorro, derribando múltiples drones aéreos que se dirigían hacia los buques.
El conflicto se inició cuando el Carney detectó un misil balístico antibuque dirigido hacia el M/V Unity Explorer. Posteriormente, el buque de guerra respondió a un avión no tripulado lanzado desde Yemen, seguido por ataques a otros buques. A pesar de los incidentes, no se reportaron daños significativos ni heridos.