En un movimiento que suscitó preocupación en el Gobierno brasileño, el presidente venezolano Nicolás Maduro convocó a un plebiscito sobre la anexión de la región de Esequibo. Este territorio fue motivo de disputa histórica entre Venezuela y Guyana, y la decisión de Maduro de someterla a votación elevó las tensiones en la región.
Según analistas del medio Valor, Maduro busca mostrar capacidad de movilización en un contexto donde la posibilidad de unas elecciones libres en Venezuela podría resultar desfavorable para su Gobierno. Sin embargo, el plebiscito plantea un riesgo significativo para la estabilidad regional, especialmente en lo que respecta a Brasil.
En este sentido, el Gobierno de Lula da Silva expresó su preocupación por la posibilidad de que Venezuela busque aumentar sus fronteras mediante acciones militares. Aunque Brasil estaría dispuesto a aceptar una decisión de la Corte Internacional de Justicia (CIJ) que favorezca a Venezuela, rechazaría una anexión por la fuerza, considerándola una cuestión de seguridad nacional.
Con la anexión de Esequibo, existe la amenaza de que Venezuela pueda avanzar hacia Roraima, un Estado brasileño que quedaría casi completamente rodeado por territorio venezolano. Este escenario podría obligar a Brasil a movilizar tropas para defender su integridad territorial, lo que se percibe como un escenario surrealista pero posible.
Esta lectura solo es favorable a los intereses britanos y estadounidenses en la zona, no defiendo al corrupto gobierno de Venezuela, pero si opino a favor de los derechos soberanos de este país sobre el Esequibo.
Brasil no teme irrupción o violación de sus fronteras, sino una guerra en el norte de una parte de su territorio
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