Durante esta semana, el gobierno argentino presenció el cierre del prototipo de tanque estructural de la primera etapa del lanzador argentino de satélites Tronador II, donde estuvieron presentes el presidente Alberto Fernández, el Ministro de Ciencia, Tecnología e Innovación, Daniel Filmus, el Presidente del Directorio de VENG, Marcos Actis; la Directora titular de VENG, Carolina Cerrato, el Director Ejecutivo y Técnico de CONAE, Raúl Kulichevsky, entre otros funcionarios. El evento fue multitudinario considerando la relevancia del acontecimiento, pero ¿de qué se trata este proyecto? 

Prototipo de tanque que se cerró el pasado jueves. Fuente: Facultad de Ingeniería UNLP.

El vehículo lanzador Tronador II es un proyecto 100% nacional que forma parte del programa “Construir Ciencia”, el cual tiene como objetivo general “contribuir al fortalecimiento de las capacidades de investigación científica, desarrollo e innovación tecnológica de las instituciones del Sistema Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación (SNCTI)”. En otras palabras, el Tronador II servirá para colocar en órbita satélites nacionales a unos 600 kilómetros de la Tierra, permitiendo brindar múltiples servicios a la Argentina y a la región. 

El proyecto fue planificado en dos etapas, ya que antes de alcanzar el prototipo final que se utilizará para el lanzamiento de satélites, el Tronador II-250, se deben ensayar y lanzar dos prototipos de menor tamaño: el TII-70 y el TII-150. En octubre del año pasado se anunció la firma de un contrato entre la Comisión Nacional de Actividades Espaciales (CONAE) y la empresa VENG para avanzar en su desarrollo principal  y sus prototipos, con una inversión de 9.730 millones de pesos. Mientras que el TII-70 tendrá 70 centímetros de diámetro y 11 metros de largo alcanzando unos 140 km de altura, el TII-150 tendrá un diámetro de metro y medio y permitirá poner a prueba un motor de 30 toneladas de empuje. 

Fuente: Argentinagobierno

La empresa VENG lleva la vanguardia de dicho programa que cuenta con la participación con la CONAE, que es la principal contratista de este proyecto, aunque además se destaca el involucramiento de más de 50 empresas nacionales e instituciones públicas del sistema científico-tecnológico.

El manejo de esta tecnología crítica es fundamental para comprender por qué se considera que proyectos de este tipo se traducen como soberanía. Más aún considerando que los satélites son herramientas esenciales al día de hoy, y que son pocos los países que “dominan” el ciclo espacial completo. 

Por el momento, la localidad que hospeda este proyecto es Pipinas, en la provincia de Buenos Aires, puntualmente en su Centro Espacial Punta Indio (CEPI). Y aunque hubo pruebas fallidas en el marco del proyecto Tronador II, como el vehículo experimental Vex1A en marzo del 2014, y otras experiencias positivas, tal y como la concreción de la prueba Vex1B en agosto de ese mismo año, los avances en el proyecto son un hecho palpable. 

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Valentina Borghi Ponti
Licenciada en Gobierno y Relaciones Internacionales (UADE), con interés en Medio Oriente, el Mediterráneo y los recursos energéticos

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