El presidente ucraniano, Volodymyr Zelenskyy, se reunió el pasado lunes 28 de marzo con Rafael Grossi, director general de la Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA), en la central hidroeléctrica Dnipro. La instalación nuclear más grande de Europa se encuentra en la región sur de Zaporizhzhia, en la cual han habido bombardeos frecuentes en el último año, por lo que existen temores persistentes sobre la seguridad de la misma.
Según la agencia de noticias rusa TASS, se esperaba que Rafael Grossi y su delegación llegase el miércoles por la mañana y se fuera por la tarde, siendo esta su segunda visita a Zaporizhzhia desde que Rusia invadió Ucrania el 24 de febrero del 2022. Según un comunicado oficial a través de su cuenta de Twitter, el director general anunció su visita a la central eléctrica “para evaluar de primera mano la situación de la seguridad nuclear en la instalación” prometiendo que continuaría sus “esfuerzos para proteger la planta nuclear durante el conflicto militar en curso.”
Pese a que la estación Dnipro es esencial para la seguridad nuclear de la central eléctrica y a que la agencia ha tenido un equipo de expertos dentro de la planta desde septiembre del 2022, Rafael Grossi advirtió que la situación “sigue siendo precaria”. A su vez, le comunicó a Zelenskyy que la peligrosa situación no encuentra un punto de mejora a medida que los enfrentamientos implacables en el área mantienen la instalación en riesgo de desastre.
Según el sitio web oficial, el presidente ha respondido a las preocupaciones de Grossi declarando que la seguridad en la estación no podría garantizarse hasta que las tropas rusas abandonen la instalación.
Tal vez este señor convenza a Zelenski que no es buena idea bombardear el grupo de 6 reactores nucleares a orillas del Dnieper en Zaporizhzhia. Un “accidente” en esta planta y Chernobyl parecerá una pavada.