Durante la mañana del martes 14 de marzo, el Instituto Naval de Estados Unidos denunció la colisión de un avión de combate ruso SU-27 contra un dron estadounidense en el espacio aéreo frente a la ciudad ucraniana de Odesa. Siendo la primera vez que un país de la OTAN admite la pérdida de un artefacto operado por él mismo en esta región desde que comenzó la escalada de tensiones en torno a Ucrania.

En este sentido, el choque fue confirmado de primera mano a través de un comunicado del mando de las fuerzas estadounidenses que operan en Europa, donde informaron que uno de los cazas rusos golpeó una de las hélices del dron. El comandante de la Fuerza Aérea de Estados Unidos en Europa, James Hecker, además explicó: “Casi hubo un choque frontal. Nuestra aeronave MQ-9 estaba realizando operaciones de rutina en el espacio aéreo internacional cuando fue interceptado y golpeado por un avión ruso, lo que derivó en un impacto y en la pérdida completa del MQ-9”, y debido a esto, las autoridades norteamericanas debieron proceder a derribar su nave no tripulada en el mar.

Un avión no tripulado MQ-9 Reaper de las Fuerzas Aéreas de EEUU en un hangar de la Base Aérea de Amari, Estonia. (Reuters/El Confidencial).

Reacción de Estados Unidos

Además, desde Washington también denunciaron “un patrón de acciones peligrosas por parte de los pilotos del Kremlin”, y el temor ante la posibilidad de que “las acciones agresivas de las tripulaciones rusas podrían desembocar en errores de cálculo y en una escalada involuntaria”. El portavoz del Consejo de Seguridad Nacional de Estados Unido, John Kirby, amplio esto y sostuvo que si bien no es la primera vez que los aviones rusos interceptan un dron estadounidense, sí insistió en que este incidente fue considerado como “único” ya que ocasionó la pérdida del Reaper. 

Por otra parte, como consecuencia de este hecho, el Gobierno de Estados Unidos convocó al embajador de Rusia ante el organismo que dirige, no sólo para dar las correspondientes explicaciones sino también como un gesto de “protesta contra este incidente” afirmó Ned Price, portavoz del Departamento de Estado de los Estados Unidos. 

Respuesta de Rusia

Desde el Kremlin reconocen que si bien dos aviones cazas de su propiedad interceptaron el dron estadounidense en el Mar Negro, negaron haberlo alcanzado y provocado su caída. El ministerio de Defensa ruso indicó: “Tras una maniobra brutal el dron MQ-9 inició un vuelo incontrolado, con pérdida de altitud y chocó contra la superficie del agua”, y agregó que los dos cazas “no dispararon ni tampoco tuvieron contacto con el dron”.

Fuente: Perfil. 

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Redacción
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