Por Alondra Ruiz, miembro de Politólogos al Whisky

Hasta hace un par de años resultaba aventurado afirmar que el centro del sistema internacional se concentraba en el hemisferio Oriental. No obstante, el dinamismo en el que hoy en día participan los Estados y empresas transnacionales evidencian la configuración ‘tecnopolar’ del nuevo escenario mundial. Mientras entes como Estados Unidos, Europa y Rusia continúan involucrándose en conflictos bélicos y políticos convencionales, países como China y los gigantes tecnológicos han decidido incursionar en dinámicas menos tradicionales: una guerra económica, la guerra tecnológica, y la ahora llamada guerra del ‘oro-blanco’.

¿Qué es el ‘oro-blanco’?

El litio – con símbolo Li – es un elemento metálico ligero de color blanco-plateado. Como se cita en Expansión (2022), la Real Sociedad de Química de Reino Unido (RSC, por sus siglas en inglés) lo describe como el metal más liviano conocido y que cuenta con excelentes propiedades de conducción de calor y electricidad, por lo que su aplicación más común es en la fabricación de baterías para celulares, computadoras portátiles, cámaras digitales y vehículos eléctricos. De acuerdo con información de la Secretaría de Economía del Gobierno Mexicano (2018), su principal uso a nivel mundial es en la fabricación de baterías (39%), cerámica y vidrio (30%), grasas lubricantes (8%), tratamiento del aire (3%), entre otros. 

Las tendencias tecnológicas y la transición a energías renovables convierten a este metal en uno de los más relevantes en los próximos años y décadas, lo que representa un estrés y reto hídrico, pues se requieren importantes inversiones y grandes volúmenes de agua para su extracción. Al respecto, el Foro Económico Mundial (WEF, por sus siglas en inglés) asegura que, hasta ahora, la mayoría de los países con recursos de litio no han conseguido extraerlo con éxito (2023).

El ‘triángulo del litio’ está en América Latina

Según los datos más recientes del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD, 2022), América Latina posee el 60% de todos los recursos de litio identificados en el mundo; encontrados principalmente en Bolivia, Argentina y Chile, a veces denominados como “el triángulo de litio”. 

Fuente: Elaboración propia con datos del Servicio Geológico de EE.UU., 2022 (PNUD, 2022)

Los primeros 10 países con mayores concentraciones de litio a nivel mundial son: Bolivia con 23.7%, Argentina con 21.5%, Chile con 11.1%, Estados Unidos con 10.3%, Australia con 8.2%, China con 5.8%, Congo con 3.4%, Canadá con 3.3%, Alemania con 3% y México con casi 2%. Si bien se estima que ‘el triángulo del litio’ acumula de manera conjunta cerca de 47 millones de toneladas de este metal, los 21 millones de toneladas en reservas de Bolivia no han podido ser extraídas debido tanto a factores técnicos y geográficos como a vaivenes políticos. Por su parte, Argentina y Chile han sabido aprovechar el preciado recurso al extraerlo por evaporización. Otra forma de extracción es la minería de roca dura, utilizada principalmente por Australia, país que se coloca actualmente como el primero en producción de litio a nivel mundial, superando así a las economías latinoamericanas.

En Estados Unidos y México la producción de litio es mínima, por lo que el ‘oro-blanco’ debe importarse en cantidades considerables desde Argentina y Chile. Mientras, en el hemisferio oriental, China controla la mayoría de las instalaciones de procesamiento de litio a nivel mundial. Cabe mencionar que, para naciones como Canadá y Alemania, el litio representa una pieza clave dentro de su maquinaria, principalmente para la industria automotriz norteamericana y la tecnología alemana; lo que incentiva la extracción del mineral y la consolidación de diversos proyectos en torno a la misma.

De igual manera, llama la atención que el pasado martes 28 de febrero un alto funcionario del Ministerio de Industria, Minas y Comercio iraní anunció el descubrimiento del primer yacimiento de litio en el país, de aproximadamente 8.6 millones de toneladas – cerca de los 9 millones de toneladas que posee Chile –, lo que lo colocaría entre los cinco países con mayor cantidad de reservas del mundo. No es de extrañarse que el descubrimiento ha impregnado de optimismo las labores de exploración. A este respecto, así como la nación persa ha introducido medidas para diversificar su economía, se espera que ésta sea capaz de implementar métodos efectivos y costeables para la producción del litio ante las demandas al alza de este mineral en el mercado global.

¿La ‘guerra tecnológica’ o ‘fiebre del litio’?

La expansión de Estados Unidos y China ha tomado un nuevo giro, pues los pesos-pesados se disputan la adquisición y el control de la tecnología aplicada a diferentes industrias. Más allá de la influencia geopolítica, los nuevos enfrentamientos se desarrollan en un contexto tecnológico y digital. Por ende, más de uno – Estado o empresa – incursiona en la denominada ‘carrera por el litio’, apostando por el metal como una munición y elemento clave, desde el desarrollo tecnológico hasta las alianzas políticas, convirtiendo a Latinoamérica en pieza fundamental de la pugna.

Como expresó la Jefa del Comando Sur de Estados Unidos, Gral. Laura Richardson, la presencia de China, Rusia y de organizaciones criminales transnacionales en América Latina es preocupante para el gigante norteamericano, pues infiere en su seguridad nacional; a partir de lo cual se considera que todo proyecto de procedencia oriental conlleva una ‘influencia negativa’ en la región. No obstante, las declaraciones no han sido obstáculo para continuar fraternizando con las naciones de Oriente.

En el caso de Bolivia, su presidente Luis Arce Catacora reforzó sus vínculos con China a través del desarrollo de dos complejos industriales de extracción directa de litio en los salares de Uyuni y Coipasa. El acuerdo entre Yacimientos de Litio Bolivianos (YLB) y el consorcio chino CBC, integrado por las multimillonarias Contemporary Amperex Technology Co. Limited (CALT), BRUNP (filial de CALT) y CMOC, implica una inversión de 1,000 millones de dólares en la infraestructura necesaria para poner en marcha las plantas de producción de baterías de litio. Se proyecta, según el ejecutivo boliviano, que las baterías comiencen a exportarse para el primer trimestre del 2025.

Anteriormente, en noviembre de 2022, la empresa china Tibet Summit Resources Co. Ltd. anunció al Embajador argentino Vaca Narvaja su intención de invertir 2,000 millones de dólares en dos proyectos de exploración de litio en Argentina, particularmente en el proyecto ‘Salar de Diablillos’ y para construir una planta productora en el ‘Salar Arizaro’, ambos en la provincia de Salta. Ante medios de comunicación de Shanghái, Vaca Narvaja destacó que el Gobierno argentino se encuentra impulsando iniciativas de movilidad sustentable las cuales, a su vez, otorgan beneficios a aquellas inversiones que utilicen el litio como materia prima. Asimismo, el Embajador resaltó que, de hecho, 6 de 9 proyectos mineros de capitales chinos en el país corresponden a la extracción del mineral.

En cuanto a México, éste no se quiere quedar fuera de la competencia ni la pugna pues, aunque en abril del año pasado el Gobierno promulgó una reforma para que únicamente el Estado pueda explotar el litio, el presidente Andrés Manuel López Obrador recientemente compartió su interés de negociar con el sudafricano Elon Musk para que el empresario instale en el país una fábrica de baterías de litio para autos eléctricos. Los ánimos y declaraciones por contar con la participación del multimillonario en la explotación del litio se reavivaron a partir de que se confirmó la inversión de 5,000 millones de dólares para la instalación de una planta de autos eléctricos Tesla en la ciudad de Monterrey durante el Investor Day organizado en Austin, Texas. Hay menos de 10 ‘gigafábricas’ de Tesla, y la ubicada en México sería la primera de Latinoamérica y la más grande del mundo.

Sin embargo, durante la primera semana de marzo se dio a conocer que ejecutivos de Tesla se reunieron con el Gobierno chileno, a través de la Cancillería, Corfo y el Ministerio de Minería, atendiendo el interés de la firma de Musk para impulsar nuevos productos y desarrollos asociados a la industria del litio en el país. Al momento, se encuentra pendiente la formalización del brazo público-privado en Chile que, en el contexto de la política nacional del litio, podría alcanzar una producción de 380,000 toneladas de carbonato de litio al año 2030.

El litio: recurso clave del sistema ‘tecnopolar’

Las tendencias económicas y, a su vez, tecnológicas implican una serie de decisiones y acciones concentradas en adquirir y controlar la tecnología; lo que en otras palabras se concibe como frenar los avances y debilitar el potencial del resto de los actores, Estados y transnacionales, que busquen ejercer un papel de influencia en los escenarios mundial y digital. Por ende, es inminente la pugna por los recursos y materias primas indispensables para el desarrollo de dispositivos y alternativas a implementar, propuestas por los nuevos protagonistas de la escena internacional. 

Aquellas entidades capaces no sólo de desarrollar sino extraer y transformar los recursos clave, como es el litio, serán las que establecen las directrices para la innovación tecnológica, la estabilidad económica y la sostenibilidad del orbe; mismas que establecen el nuevo orden mundial y el ‘sistema tecnopolar’ de nuestros tiempos.

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