El pasado martes, más de un millón de trabajadores franceses salieron a las calles en lo que fue una de las manifestaciones más grandes del país en décadas. En este sentido, se dio inicio a lo que los sindicatos promueven como un enfrentamiento abierto contra el presidente Emmanuel Macron a raíz de sus planes por aumentar la edad de jubilación y reformar su sistema.
La protesta fue organizada por los principales sindicatos de Francia, incluida la Confederación General del Trabajo (CGT), como el comienzo de una huelga continua que busca prolongarse en tiempo, tal como afirmó Philippe Martínez , líder de la CGT francesa: “Este es el primer día de una nueva fase con nuevas órdenes de marcha: detener el país”. Bajo la amenaza de paralizar el país durante días o incluso semanas, los sindicatos buscan obligar a Macron a revertir el curso de su reforma de pensiones.
En tanto, trabajadores, maquinistas, enfermeras, personal de refinerías de petróleo y cientos de trabajadores de otros rubros, marcharon en manifestaciones desde distintos puntos centrales del país. El transporte público se vio reducido en gran medida durante el día de ayer, al tiempo que muchas escuelas a lo largo de todo el país tuvieron que cerrar. Asimismo, según informó la compañía ferroviaria nacional, SNCF, todos los trenes con destino Alemania y España se detuvieron, al igual que aquellos que van a Reino Unido se redujeron en un tercio. Cientos de vuelos nacionales e internacionales fueron cancelados.
Segundo intento de reformar jubilaciones y pensiones
La idea de Emmanuel Macron respecto a aumentar la edad de jubilación de 62 a 64 años para el año 2030, es la pieza central de su plan para modificar el sistema de pensiones del país. En este sentido, dicha reforma fue uno de los pilares principales durante su campaña de reelección el año pasado, bajo el argumento de que es la única forma de preservar el sistema de pensiones de Francia sin recurrir a un aumento de los impuestos o incrementar la deuda del país.