Excombatientes de Malvinas fueron convocados por el Centro de Estudios de Arqueología y Antropología del Conflicto (CEEAC) para colaborar en los trabajos en distintos campos de batalla de la historia Argentina. Este proyecto único en América Latina busca comprender los hechos bélicos ocurridos en esta batalla, sumando a los veteranos de Malvinas, al equipo compuesto por arqueólogos, antropólogos, historiadores, y especialistas en armas. 

Desde Escenario Mundial tuvimos el honor de charlar con Juan Leoni, quien está a cargo de dicho proyecto y nos detalló de esta iniciativa y del trabajo del Centro de Estudios. A continuación la entrevista completa: 

Escenario Mundial: ¿Cómo surge el Centro de Estudios de Arqueología y Antropología del Conflicto (CEEAC)? ¿En qué pilares se basa el trabajo que hacen y cuáles son los principales proyectos que están llevando a cabo?

Juan Leoni: El Centro de Estudios surge como una iniciativa junto con mi colega Diana Tamburini, que es la codirectora del mismo. Se crea el Centro para dar un encuadre institucional a una serie de investigaciones arqueológicas que nosotros veníamos llevando a cabo y también para incorporar otros proyectos desarrollados por otros colegas, y de esa manera unificar una serie de trabajos que tienen que ver con estas temáticas. Actualmente, se están desarrollando diversas actividades, nosotros principalmente nos estamos enfocando en la investigación arqueológica de la Campaña de Pavón, que tiene como objeto el campo de batalla mismo, pero también una serie de emplazamientos militares y campamentos que tuvieron directa relación con dicha campaña. Asimismo, una colega que integra el Centro, la doctora Irene Dosztal, está llevando la iniciativa de investigar otra acción bélica de esa campaña que es la llamada “Matanza de Cañada de Gómez”. También hemos establecido vínculos con Gastón Buet, director de la Asociación Civil Campamento Calá de Entre Ríos, con miras a desarrollar algún tipo de investigación arqueológica en conjunto en ese lugar en el futuro. Este lugar es sumamente importante, ya que allí Urquiza entrenaba y formaba su ejército. Otro colega que integra el Centro, Julio Merlo, desarrolla investigaciones sobre sitios militares y material militar del siglo XIX en la zona de Tandil y Olavarría. Esas son algunas de las iniciativas sumadas a las que están en gestación y que esperamos poder implementar más adelante. Fundamentalmente, investigación, pero también apuntamos hacer otro tipo de actividades de extensión, formación y divulgación.

EM: ¿En qué puede ayudar el proyecto que está llevando a cabo el Centro, en particular con la reconstrucción de la historia en Pavón?

JL: La investigación arqueológica de la Campaña de Pavón busca aportar una narrativa interpretativa basada en la arqueología o que tiene dicha ciencia como punto de entrada. Una narrativa arqueológica tiene como pilares lo que es el estudio de la materialidad, o sea, todos los objetos de distintos tipos, tanto bélico como de consumo; alimentos, ropa o bebidas que se usaron en la campaña, y, por otro lado, la espacialidad, que es ubicar todas estas cosas sobre el terreno. Estos son dos aspectos que en general los historiadores militares tradicionales no han tenido demasiado en cuenta o han desarrollado poco. El aporte que puede realizar la arqueología tiene que ver con profundizar lo que se sabe de esos hechos históricos, aportando mucha información en cuanto al equipamiento que se utilizó, la tecnología que se empleó, si había diferencias entre uno y otro bando. Se puede además adquirir otro tipo de información que complemente a lo que ya se sabe desde la historia o incluso ser novedosa, en el hecho de descubrir cosas que no se sabían hasta el momento.

Esto es particularmente importante porque la Batalla de Pavón es muy controvertida, se la llama “el misterio de Pavón” por como actuó Urquiza en ese momento, que no es algo que la arqueología pueda resolver, pero sí puede contribuir con información más precisa que después pueda aportar a entender mejor por qué se tomaron algunas decisiones o no.

EM: Con respecto a la inclusión de los excombatientes de Malvinas, ¿cómo se fundamenta la decisión de invitarlos y en qué pueden ayudar?

JL: La decisión de incluir a excombatientes de Malvinas tiene que ver con una serie de iniciativas que se vienen desarrollando en Gran Bretaña y en Estados Unidos, en este sentido son los pioneros en esto. La finalidad principal es terapéutica, o sea contribuir al bienestar emocional de los veteranos de guerra. En nuestro caso, con colegas como Carlos Landa y Sebastián Ávila nos planteamos la posibilidad de adaptar ese tipo de iniciativas en nuestro país y tratar de sacar provecho de lo que la arqueología puede ofrecer para el bienestar emocional de los veteranos. 

Obviamente, no se pueden copiar directamente porque los contextos institucionales, políticos y sociales son muy distintos, pero nos planteamos ese desafío y para ello buscamos la asesoría y la colaboración del Centro de Salud de Veteranos de Malvinas, dependiente del Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas y empezamos trabajar en esta iniciativa. 

A lo que se apunta fundamentalmente es a contribuir al bienestar emocional de los veteranos y también a establecer empatía entre personas que experimentaron la vivencia de participar de un hecho muy traumático como es una guerra o un combate en particular. En este caso se busca establecer cierta empatía entre los veteranos, a través de los objetos que se van encontrando, con quienes participaron en la batalla de Pavón y ver qué tipo de reacciones genera esto. Tratamos  de ver si esto es algo positivo para los veteranos, si lo viven como algo atractivo o agradable y en función de lo que hemos experimentado estos últimos días pareciera que sí. 

Para nosotros los arqueólogos nos aporta en cuanto conocer, indirectamente, la experiencia humana de la guerra de primera mano de gente que la ha tenido. Obviamente que no es exactamente igual a lo que pasó hace 161 años en Pavón por diferencias tecnológicas, tácticas y culturales, pero en última instancia la experiencia humana puede ser comparable. Nosotros como arqueólogos podemos acceder a todo el tipo de materiales, objetos y tecnologías. Podemos saber qué tipo de armas se usaban, que uniformes usaban, que comían y que tomaban en función de lo que encontramos. Pero siempre está la cuestión humana que es mucho más difícil de acceder, sobre todo porque en 1861 muy pocos plasmaron su experiencia en palabra escrita y básicamente fueron los líderes. De los subalternos, oficiales y soldados que pelearon esa batalla generalmente no nos quedan sus testimonios. 

EM: Para comprender un poco más lo que vienen trabajando, ¿cuál es la importancia de la reconstrucción de los conflictos armados desde la arqueología? 

JL: En general, la arqueología ha retomado el estudio de los conflictos bélicos a partir de la década de los 90 y se ha ido popularizando cada vez más. La perspectiva arqueológica aporta una visión distinta surgida a partir de una fuente de información distinta a la tradicional. Los historiadores reconstruyen las batallas y conflictos en función de documentos escritos, que pueden ser los testimonios de los participantes, informes oficiales y demás elementos de ese tipo, en cambio, los arqueólogos lo hacemos fundamentalmente teniendo como punto de entrada los objetos que se encuentran sobre el terreno. 

La arqueología aporta ubicar precisamente los lugares donde ocurrieron distintos eventos, dentro de esos eventos, reconstruir acciones específicas, determinar el tipo de armamento empleado, y poder establecer, como mencioné antes, si existían diferencias tecnológicas entre los bandos que participaron. Muchas veces estos no son temas que se conocen, a veces sí están muy bien documentados, pero en nuestro país generalmente hay poca información al respecto. A veces se hacen afirmaciones de carácter general que no tienen demasiado sustento empírico y nosotros aportamos a subsanar eso. 

La arqueología aporta, por decirlo de alguna manera, una visión distinta, complementaria, a veces contradice lo que se había dicho anteriormente, a veces no, otras lo mejora y/o profundiza y otras veces pone en cuestión algunos aspectos. En todo caso, lo que hace es aportar una visión diferente que ayuda a conocer mejor los hechos históricos del pasado 

EM: ¿Cuáles son los próximos proyectos que está pensando el Centro y cuál es el horizonte del trabajo en el campo de la arqueología en los conflictos armados?

JL: Como decía al principio, ahora estamos 100% abocados al estudio arqueológico de la Campaña de Pavón. Estamos trabajando en otro proyecto donde estamos tratando de ubicar dónde fue la acción de Cañada de Gómez. Estamos estudiando el campamento Loma Negra, que es donde concentró el ejército de Buenos Aires antes de la batalla y buscando un posible campamento -donde tenemos ya alguna evidencia- del ejército federal o confederado antes y después de la batalla de Pavón en la zona de La Vanguardia, que es una localidad que está muy cercana al campo de batalla, a cargo de Claudio Vizia. Estamos trabajando en conjunto con la gente del Campamento Calá, con su director Gastón Buet, para ver la posibilidad de realizar una investigación arqueológica en ese lugar. 

También tenemos la iniciativa de generar algún tipo de investigación sobre Malvinas, en este caso estamos con la actividad de los veteranos en arqueología, pero buscamos generar alguna iniciativa junto con el Equipo de Arqueología y Memoria de Malvinas. Se busca estudiar el rol de la cultura material en lo que es la vivencia de los veteranos, pero también algún tipo de reconstrucción y aporte, aunque sea indirecto y desde lejos, de combates y situaciones bélicas en Malvinas propiamente dichas. Desde el Centro estimulamos, junto a otros colegas que lo integran, el desarrollo de actividades que tengan que ver con temáticas similares. 

La perspectiva es amplia y realmente hay mucho que se puede hacer desde la arqueología para estudiar conflictos armados del pasado. Como decía antes, es mucho lo que puede aportar esta ciencia de novedoso, ya sea para mejorar lo que ya se sabe o incluso, modificar lo que se creía saber. 

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Alejo Sanchez Piccat
Licenciado en Gobierno y Relaciones Internacionales UADE Maestrando en Defensa Nacional UNDEF Interesado en Seguridad Nuclear y Medio Oriente Contacto directo: asanchezpiccat@esceneariomundial.com

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