Como es sabido, tanto Suecia como Finlandia presentaron solicitudes para unirse a la OTAN en mayo, en respuesta a la invasión rusa de Ucrania. Citando fuentes de defensa anónimas al medio finlandés Iltalheti, los ministros de Defensa y Relaciones Exteriores de Finlandia, Pekka Haavisto y Antti Kaikkonen, se comprometieron con la OTAN en julio a no buscar “restricciones o reservas nacionales” a cambio de la aprobación de la solicitud de Helsinki. Según el periódico finlandés, el proyecto de ley relativo a la membresía en la OTAN que el gobierno finlandés presentará ante el parlamento no incluye ninguna exclusión voluntaria de las armas nucleares. 

Este 28 de octubre, dichos rumores quedaron confirmados. En una entrevista a medio finlandés Yle, la primier Saana Marin dejó entrever que “no queda descartada la posibilidad de desplegar armas nucleares y permitir la instalación de bases permanentes de la OTAN en territorio nacional”. Ante otra pregunta, la primera mandataria sostuvo que “es importante que Finlandia no establezca condiciones previas a su ingreso pendiente en la OTAN”.

“He considerado muy importante que no establezcamos condiciones previas, o limitemos nuestro propio margen de maniobra, cuando se trata de bases permanentes o armas nucleares”, explicó Marin.

Sorprendentemente, esto ha venido a echar por tierra sus declaraciones emitidas meses atrás al periódico italiano Corriere della Sera, en las que la propia mandataria dejó claro que no existía interés alguno respecto de colocar armas nucleares o bases permanentes en territorio nacional. 

Al parecer, dichas declaraciones resultaron ser papel mojado, y la OTAN efectivamente estaría dispuesta en tomar tales medidas si Helsinki no establece reservas en su tratado de adhesión y en su legislación interna.

¿Qué implicaciones tendría esto para Finlandia?

Finlandia comparte una larga frontera con Rusia, Imagen: Sky News

En primer lugar, esto implicaría que armas nucleares de la OTAN puedan transitar o tener su base en territorio finlandés, ya que al no establecer reservas en la firma del tratado, legalmente no existirían impedimentos jurídicos para establecer bases de la OTAN en el país.

No obstante, de concretarse la posibilidad de albergar ojivas nucleares en Finlandia como estado miembro de la OTAN, esto coloca automáticamente al país en la primera línea frente a un “intercambio nuclear”.

Si tomamos en cuenta, la variable de la proximidad geográfica, Finlandia estaría a 7 minutos, lo que supone para el Kremlin disponer de sólo 120 segundos de margen para lanzar los ataques de represalia. En este sentido, informes indican que los Estados Unidos actualmente estarían mejorando todo su arsenal nuclear en Europa. Según el periódico británico The Telegraph, actualmente nuevas bombas nucleares mejoradas estarían de camino a las bases de la OTAN en Europa, y la llegada de armas nucleares de tipo B61-12 estaría prevista para el mes de diciembre según WION News.

Aspectos centrales de la nueva estrategia de los EEUU en Europa

El 27 de octubre, el Pentágono presentó su nueva estrategia de defensa 2022, y si bien el documento, apunta a China como el desafío “más trascendental y sistémico” para la seguridad de Estados Unidos y del mundo en las próximas décadas, el tercer punto alude a: “disuadir la agresión, mientras se está preparado para prevalecer en el conflicto cuando sea necesario, priorizando el desafío de la República Popular China en la región del Indo-Pacífico, luego el desafío de Rusia en Europa”.

Rusia como amenaza aguda para los EEUU en el continente Europeo

Incluso cuando la República Popular China plantea el mayor desafío para los Estados Unidos, según el Pentágono: “los acontecimientos recientes subrayan la grave amenaza que representa Rusia”. Despreciando la independencia de sus vecinos, el gobierno de Rusia busca usar la fuerza para imponer cambios fronterizos y reimponer una esfera de influencia imperial. Aunque las acciones políticas y militares de sus líderes destinadas a fracturar a la OTAN han fracasado dramáticamente, el objetivo permanece. 

Como vimos, la estrategia de defensa nacional de los Estados Unidos en Europa apunta a “disuadir la agresión” y “combatir el desafío” que constituye Rusia en el continente. Por lo tanto, al ser un estado que comparte una extensa frontera con Rusia y un socio estratégico en proceso de adhesión a la OTAN, Finlandia se vuelve cada vez más crucial estrategia de disuasión Washington en el escenario europeo, frente a una Rusia presenta riesgos graves y continuos en áreas clave. Tengamos en cuenta que, según la nueva estrategia de defensa, los Estados Unidos se reservan el derecho de desplegar armas nucleares para “defender sus intereses vitales y los de sus aliados y socios”.

La “tormenta perfecta” para Rusia

Durante la Crisis de los Misiles en Cuba de octubre de 1962, el presidente Kennedy se negó a permitir que la Unión Soviética colocara sus misiles a solo 1,131 millas de distancia de Washington DC y advirtió que Estados Unidos respondería ordenando ataques aéreos contra la infraestructura de misiles balísticos soviéticos en Cuba. Tal uso de la fuerza seguramente habría llevado a una guerra total entre la OTAN y el Pacto de Varsovia, de no ser porque la Unión Soviética decidió retirarlos.

El escenario actual presenta características análogas para Rusia. Con una Finlandia como estado miembro de la OTAN, a frontera de la alianza estaría a 507 millas de distancia de Moscú, con su punto más cercano en ciudad finlandesa de Kotka. De esta forma, la posibilidad de instalar ojivas nucleares estadounidenses en territorio finlandés, automáticamente supondría una amenaza crítica al interés nacional y a la seguridad de Rusia.

En términos de distancia, recorrido y tiempo, tomando en cuenta las 507, y el periodo de disparo e impacto, el margen de respuesta de Moscú quedaría reducido a sólo 120 segundos. Tengamos en cuenta que la parte más lenta del vuelo es la más temprana, mientras se acelera. Por lo tanto, si Washington busca posicionar estratégicamente sus misiles nucleares a 507 millas del Kremlin, resulta prácticamente lo mismo que colocarlos en el punto más cercano de la frontera con Ucrania, quién también está buscando entrar a la OTAN.

En la crisis de los misiles cubanos de 1962, los misiles balísticos intercontinentales (ICBMs en inglés) eran mucho más lentos que en la actualidad. Entonces, para que haya la misma equivalencia, entre las 1.131 millas de Cuba a Washington en 1962, actualmente Rusia necesitaría mantener los misiles estadounidenses a unas 2.000 millas de los misiles nucleares terrestres más cercanos a Estados Unidos. 

Si comparamos ambos escenarios, para Moscú la situación actual se torna considerablemente más desventajosa de lo que fue la crisis de los misiles cubanos para Estados Unidos en 1962.

Conclusión: Un escenario que revive los momentos más álgidos a la Guerra Fría

Durante la Guerra Fría, la paz se mantuvo gracias a los arsenales nucleares de las dos partes, que fueron suficiente disuasión para evitar una confrontación directa. El resultado fue una carrera armamentista, particularmente en armas nucleares, entre dos alianzas muy parecidas, ninguna de las cuales le permitió a la otra una ventaja significativa e incluyó que cada lado colocara misiles más cerca del territorio del otro, antes de tomar medidas correctivas. La crisis de los misiles en Cuba en 1962, que llevó a las dos partes al borde de una confrontación nuclear, demostró la importancia de evitar cualquier ruptura significativa de este equilibrio.

Con el fin de la Guerra Fría, no sin razones, Rusia ha venido protestando contra toda ampliación de la OTAN hacia el Este estableciendo contramedidas con el objetivo de disuadir a la contraparte, y definiendo a Ucrania y Georgia como las “líneas rojas”.

Y si bien resulta comprensible que los estados de Europa del Este quisieran ingresar a la OTAN (o lo más cerca posible), dadas sus preocupaciones a largo plazo sobre Rusia. Las guerras de Georgia de 2008, la crisis ucraniana de 2014 y la actual guerra entre Rusia y Ucrania terminaron siendo consecuencia directa de ello. Citando al académico realista John Mearsheimer, Estados Unidos fue el principal responsable de provocar la crisis de Ucrania, incluso si Putin fue quien inició la guerra. Para Mearsheimer, “Estados Unidos impulsó políticas hacia Ucrania que Putin y sus colegas vieron como una amenaza existencial para su país […] específicamente me refiero a la obsesión de Estados Unidos por llevar a Ucrania a la OTAN y convertirla en un baluarte occidental en la frontera con Rusia”.

Por lo tanto, es preciso comprender el por qué los líderes rusos, y no solo Putin, consideraron este desarrollo como alarmante y estuvieron dispuestos a lanzarse a una guerra preventiva. Putin ya ha advertido claramente que Rusia utilizará la opción nuclear si se enfrenta a una amenaza que no puede afrontar por otros medios (Webber & Fasola, 2022). Por lo tanto, un eventual despliegue de ojivas nucleares en suelo finlandés podría ser la última “línea roja”.

Si bien la apuesta no valió la pena, al menos no con respecto a Ucrania, Finlandia y Suecia, no resultaría descabellado que frente a una amenaza existencial como la de tener armas nucleares de la OTAN a minutos de San Petersburgo, Moscú o Murmansk, el Kremlin se vea obligado a nueva “tirada de dados” mediante un ataque nuclear preventivo.

Expertos ya han venido afirmando que la OTAN todavía no ha desarrollado un sistema para detectar de manera confiable las trayectorias y velocidades de los misiles de crucero hipersónicos. Podría decirse, entonces, que Putin podría creer que es posible un ataque preventivo contra los sistemas de comando y control occidentales antes de que puedan lanzar un contraataque. Esto le daría a Rusia la oportunidad de sobrevivir a una guerra nuclear, al menos en mejores condiciones que Occidente. El resultado de esto ya lo sabemos.

Esto es solo un escenario. Nada de esto es inevitable, por supuesto. Pero este es el camino en el que nos encontramos actualmente y la probabilidad de que suceda crece día a día a medida que un lado u otro se vuelve más desesperado. Las consecuencias de este camino son profundamente ruinosas. Mientras tanto, resulta sorprendente que los policymakers occidentales, incluidos algunos ex diplomáticos destacados, parezcan no poder comprender que esto no es un juego. 

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Juan Ignacio Villavicencio
esista en Relaciones Internacionales (Universidad Nacional del Centro de la Provincia de Buenos Aires), columnista para Diplomacia Activa, interesado en seguridad, geopolítica y teoría de las relaciones internacionales.

4 COMENTARIOS

  1. Si en este momento Rusia sostiene un conflicto armado con Ucrania, para que diablos se va a meter con la situación de Suecia y Finlandia?…Son dos países independientes y pueden decidir lo que quieran.
    Hasta dónde quiere llegar Putín, otra vez el muro de Berlín? Enfermo sovietico del siglo pasado que no admite que Rusia YA perdió el concurso de popularidad después del año 2000.

  2. Volvemos con las teorías del “imperio del mal”, tremendo como algunos fueron blanco fácil de la colonización pedagógica y discursiva.

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