A finales de la semana pasada, el directorio del Fondo Monetario Internacional (FMI) aprobó un nuevo tramo de préstamo de 3.800 millones de dólares a la Argentina, siendo ésta la última revisión trimestral del país. “En respuesta a las perturbaciones del mercado de mediados de 2022, el nuevo equipo económico de Argentina adoptó medidas correctivas decisivas que están comenzando a restaurar la confianza y la credibilidad de las políticas”, declaró Kristalina Georgieva, directora gerente del FMI, en un comunicado. 

En el marco del acuerdo entre Argentina y el FMI para “fortalecer la estabilidad económica del país y promover el crecimiento sostenible”, el último tramo eleva a unos 17.500 millones de dólares el total desembolsado al país. Sin embargo, la decisión aprobada al final de la segunda revisión del acuerdo llegó con una advertencia de Georgieva contra la creación de tipos de cambios múltiples. Además, la funcionaria describió que la situación económica del país es frágil y que aún se necesitarán “políticas macroeconómicas prudentes y una implementación firme de programas”. 

Sin embargo, Georgieva elogió al ministro de Economía, Sergio Massa, por su participación en el acuerdo y afirmó que “lograr  los objetivos de déficit fiscal primario del 2,5 por ciento del PIB en 2022 y del 1,9 por ciento del PIB en 2023 es fundamental para moderar el crecimiento de las importaciones, acumular reservas, fortalecer la sostenibilidad de la deuda y reducir aún más la dependencia del financiamiento del déficit por parte del banco central”. 

Las medidas del directorio

El acuerdo con el FMI fue dirmado el pasado mes de marzo, y prevé una serie de medidas para controlar la inflación del país. En esta ocasión, el directorio también aprobó dos exenciones, hecho que no se había realizado con la Argentina anteriormente. Por un lado, la primera fue un problema técnico porque el gobierno aún no había publicado datos fiscales que la junta necesitaba revisar; y la segunda se deriva de una política clave implementada por Massa, que fue crear un tipo de cambio temporal para los exportadores para impulsar las exportaciones. 

Al respecto de esto último, Georgieva declaró que “si bien las medidas cambiarias específicas pueden respaldar temporalmente la balanza de pagos, no reemplazan una política macroeconómica sólida”. La funcionaria también afirmó que “como tal, las restricciones cambiarias y las prácticas de múltiples divisas deben eliminarse a medida que las condiciones lo permitan y la cobertura de reservas se fortalezca”.

Por lo pronto, se trata del 13° acuerdo entre el FMI y la Argentina desde 1983, y el último de ellos prevé reembolsos a partir de 2026 a 2034, si es que para esa fecha Argentina cumple con los objetivos (como el crecimiento sostenido a largo plazo). El gobierno de Fernández debe aumentar sus reservas internacionales y reducir el déficit fiscal a 2,5 por ciento este año, 1,9 por ciento en 2023 y 0,9 por ciento en 2024.

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Redacción
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