El presidente argentino, Alberto Fernández, realizó su primera exposición en la 77 Asamblea General de las Naciones Unidas, en las remarcó diversos puntos clave en su discurso. En principio, habló sobre el atentado contra Cristina Fernández de Kirchner, el cual “buscó alterar una virtuosa construcción colectiva que el año entrante cumplirá cuatro décadas de vida”, declaró. Además, afirmó que el intento de magnicio contra la vicepresidenta “no solo afectó la tranquilidad pública sino que también buscó alterar una virtuosa construcción colectiva que el año entrante cumplirá cuatro décadas de vida”.

Fernández señaló que “Muchas veces en la historia los magnicidios han sido prólogos de grandes tragedias” y “pueblos enteros sucumbieron detrás de esos profetas del odio. “Estoy seguro de que la violencia fascista que se disfraza de republicanismo no conseguirá cambiar ese amplio consenso al que adhiere la inmensa mayoría de la sociedad argentina”, afirmó Fernández. Además, pidió el “rechazo global” a los “discursos extremistas y violentos” que buscan “erosionar” a las sociedades y a la democracia, mientras que agradeció por la solidaridad del mundo entero ante este problema. 

Télam

En términos de economía, el mandatario destacó que las naciones endeudadas “padecen mucho más los efectos del sistema establecido” que provoca desigualdades y que “Argentina está entre ellas”, por lo que agradeció a todos los Estados que apoyaron al país “en el complejo proceso de renegociación de nuestra deuda externa”. “Es un endeudamiento que mi gobierno no generó pero que afronta con toda seriedad”, declaró, y señaló: “Nuestros criterios son conocidos, responden a lo dispuesto por esta Asamblea General”. Asimismo, habló sobre el impacto que la pandemia por coronavirus generó al “transparentar las enormes desigualdades” ya que la pandemia se cobró cuatro veces más vidas en los países más pobres que en los ricos. 

También habló sobre la seguridad alimentaria y la necesidad de garantizarla “a todos los habitantes del planeta” ya que “no podemos transitar este tiempo con hambrunas”. “La Argentina cumplirá su rol como productor y exportador confiable de alimentos nutritivos y de calidad, también como proveedor de tecnologías aplicadas a la producción de alimentos para mejorar su rendimiento”, aseguró el presidente. La seguridad energética también ocupó un puesto en su discurso, afirmando que “debemos acceder en condiciones de seguridad y previsibilidad a la energía” y que “Argentina seguirá estando presente para contribuir a enfrentar ese gran desafío”. “Estamos incrementando la producción para proveer al mundo de energías limpias y de aquellas que, como el gas natural, permitan reducir las emisiones de carbono durante la transición”, expresó.

Por último, pidió la cooperación internacional por el ataque a la AMIA y a la Embajada de Israel ante Naciones Unidas para que los culpables sean identificados, juzgados y eventualmente condenados, y habló a la comunidad internacional instando a que acompañen al país en su lucha. En términos de derechos humanos, agradeció a los Estados miembros de la ONU “la confianza en Argentina en Derechos Humanos para el ejercicio de la presidencia del Consejo de Derechos Humanos” y lo importante que es este tópico en el país ya que “forma parte de nuestra identidad y de nuestra historia. Las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo nos enseñaron a persistir y a luchar”. Reivindicó también la colaboración entre países y la Cooperación Sur-Sur y triangular en el marco de la Celac, como presidente pro tempore del grupo regional. 

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Redacción
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