El pasado lunes por la noche, los presidentes de Rusia y Siria, Vladimir Putin y Bashar al-Assad respectivamente, se reunieron en Moscú. El objetivo del encuentro fue discutir la cooperación de sus ejércitos y cómo obtener el control de las áreas que se encuentran controladas por rebeldes de Siria. 

Putin, por su parte, denunció que las fuerzas extranjeras siguen luchando en Siria frente al conflicto que azota al país desde hace una década. Siendo el aliado más poderoso de Siria, esta reunión fue la primera desde la cumbre celebrada el año pasado. 

Según un comunicado del Kremlin publicado el pasado martes, para Putin el principal problema “es que las fuerzas armadas extranjeras permanecen en ciertas regiones del país sin la aprobación de las Naciones Unidas y sin su permiso”. 

El mandatario agregó que las fuerzas extranjeras de al-Assad en Siria sin una decisión acorde de Naciones Unidas eran un obstáculo para su consolidación. Asimismo, supo felicitar al presidente sirio por ser reelegido por cuarta vez en las elecciones presidenciales de mayo. 

Según el comunicado del Kremlin, para Putin “los terroristas sufrieron daños muy graves y el gobierno sirio, encabezado por usted, controla el 90 por ciento de los territorios’”. 

Por otro lado, desde Siria se agradeció desde el primer momento el apoyo de Rusia y la ayuda humanitaria, como también para detener la “propagación del terrorismo”. Cabe destacar que Rusia tuvo un rol fundamental cambiando la guerra a favor de al-Assad al desplegar sus tropas en 2015 y recuperando territorios. 

Los medios estatales sirios describieron el encuentro como una reunión larga, a la que luego se unieron más tarde el ministro de Relaciones Exteriores de Siria, Faisal al-Meqdad, y el ministro de Defensa de Rusia, Sergei Shoigu. En conjunto, discutieron las relaciones mutuas y la “lucha contra el terrorismo”.

Al-Assad ha realizado pocos viajes al extranjero desde el inicio de la guerra en 2011, por eso razón destacó que se encontraba “feliz” de encontrarse en Moscú seis años después de las operaciones conjuntas. 

Frente a las diversas partes de Siria que permanecen fuera del control estatal, al-Assad destacó que un factor importante a discutir era “completar la liberación de la tierra que todavía está bajo el control de organizaciones terroristas”. 

Agregó que varias sanciones impuestas por naciones occidentales hacia Siria deben ser calificadas como “antihumanas” e “ilegítimas”. Estados Unidos fue uno de los países que endureció las medidas contra Siria el año pasado. 

Además, la semana pasada entró en vigor un acuerdo de alto al fuego que negoció Rusia, poniendo fin a los combates intensos en varias ciudades. También logró que áreas controladas por los rebeldes estén bajo control del gobierno en la ciudad de Deraa, por primera vez desde 2013. 

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Redacción
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