El continente se encuentra altamente afectado por la crisis sanitaria por Covid-19. Las nuevas variantes más infecciosas, sumado a las bajas tasas de vacunación y la debilidad de los sistemas de salud, han llevado a que los gobiernos no logren controlar de forma efectiva la propagación del virus y manejar la situación con éxito.
En gran parte del mundo, el coronavirus va en retroceso, pero en América del Sur los números son alarmantes: pese a que sólo posee el 5% de la población mundial, representa una cuarta parte del número mundial de muertes. Casi un millón de personas han muerto en 12 países de la región, mientras que Brasil superó las 500.000 muertes el pasado fin de semana y el virus mató siete veces más personas per cápita por día que en la India. Colombia y Argentina registran tres veces más muertes diarias que toda África, y de los 10 países del mundo con las tasas de mortalidad diarias más altas per cápita, hoy siete son de América del Sur.
Según Denise Garrett, epidemióloga que trabajó en Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades, las infecciones y muertes por Covid-19 disminuyen en Estados Unidos pero otros países, principalmente en América del Sur, se han convertido en el epicentro de la pandemia. La tasa de mortalidad per cápita de la región es ocho veces superior a la tasa mundial.
Se cree que las secuelas de la pandemia en América del Sur sean altamente repercusivas en los próximos años, ya que actualmente la crisis sanitaria empujó a millones nuevamente a la pobreza, osbtaculizó sus economías y privó a muchos niños necesitados de la escolarización. Muchos hospitales han tenido que suspender la atención médica de otras afecciones y enfermedades en pos de atender a las personas más críticas contagiadas de Covid-19, lo que probablemente también genere problemas de salud en el futuro.