Por Carolina Garcia Duran miembro del Grupo Jóvenes Investigadores del IRI

La región de Asia-Pacifico es el territorio más poblado de la Tierra, con alrededor de 4.463 millones de habitantes, el 69% de la población mundial, con un territorio de cerca de 45 millones de km², que supone el 8,74 % del total de la superficie terrestre y el 29,45 % de las tierras emergidas. A su vez, Asia tiene el mayor bloque comercial mundial. El 15 de noviembre del 2020, quince países de la región de Asia y el Pacífico firmaron el acuerdo de la Asociación Económica Integral Regional (RCEP, por sus siglas en inglés), el mayor tratado de libre comercio del mundo. El llamado convenio representa el 30% del Producto Interno Bruto mundial, el cual promoverá el crecimiento del comercio, reducirá la obstrucción de cadenas logísticas e industriales, y acelerará la recuperación económica tras la pandemia por Covid19.

Además de todos estos datos, la región Asia-Pacifico es la mayor importadora de armas bélicas del mundo. De acuerdo a un estudio publicado por parte del Instituto Internacional de Investigación para la Paz de Estocolmo (Sipri, por sus siglas en inglés) durante el periodo 2018, de los 10 mayores importadores de armas en el mundo, 6 son de Asia: Arabia Saudita en primer lugar, China tercero, India el cuarto, Corea del Sur séptimo, Emiratos Árabes Unidos octavo, Qatar noveno, y Pakistán el décimo.

Y según otro estudio también del Sipri, de los 15 países que mayor gasto militar, 6 también son de Asia: en segundo lugar China, en tercero India, en cuarto Rusia, en quinto Arabia Saudita, en noveno Japón, en décimo Corea del Sur, y en décimo primero Australia. El autor Andrew T.H. Tan señala con detalles en su obra “La carrera armamentista en Asia: tendencias, causas e implicaciones” (“The Arms Race in Asia: Trends, causes and implications”) y analiza el presupuesto y el gasto militar de cada nación asiática. La adquisición de armamento de última generación tecnológica: drones, submarinos, aviones caza, portaaviones, tanques, misiles antibalísticos, equipamiento para soldados, etc, son parte del gran estipendio de estas naciones, y representan un importante ingreso para los productores de armas y el multimillonario negocio de las armas bélicas.

Además cabe mencionar los conflictos activos y/o latentes en la región de asia-pacifico: Siete países de Asia y Oceanía experimentaron conflictos armados activos en 2019/20. Hubo tres en el sur de Asia: Afganistán (importante guerra civil internacionalizada), en India (conflictos armados subnacionales y fronterizos interestatales de alta intensidad) y en Pakistán (conflictos fronterizos Conflictos armados). Los otros cuatro pertenecen al sudeste asiático: Indonesia (conflicto armado subnacional de baja intensidad), Myanmar (conflicto armado subnacional de alta intensidad), Filipinas (conflicto armado subnacional de alta intensidad) y Tailandia (conflicto armado subnacional de baja intensidad). Se suman a ello, dos procesos de paz que se deterioraron en los últimos tiempos: en la península de Corea, y la frontera de Corea del Sur y del Norte; las discusiones entre Corea del Norte y Estados Unidos se vieron estancadas, luego del “apretón de manos” entre el ex presidente Trump y el mandatario de Pyongyang, Kim Jong Un, (recientemente el estado norcoreano fue denunciado públicamente por Japón tras disparar dos misiles balísticos, los primeros lanzamientos desde el marzo del año pasado, siendo este hecho una grave violación de las resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU); y el colapso de las conversaciones de paz entre los talibanes y los Estados Unidos en septiembre de 2019 condujo a un pesimismo sobre las perspectivas de ponerle fin a la larga guerra en Afganistán.

Por si fuera poco, China avanza en su consolidación como una importante gran potencia militar regional, para dar paso a una fuerte potencia militar de orden mundial que avanza a pasos agigantados en sus ostentaciones en el mar meridional de China y Japón. Por ejemplo, la situación de la disputa entre China y Japón por las islas Diaoyu (por su nombre en chino) / Takeshima (por su nombre en japonés). La situación entre estos dos estados no parece dar tregua, y semana tras semana, los avistamientos de naves chinas en las cercanías de las islas es constante en lo que va del 2020/21.

El reclamo por las islas japonesas Senkaku (por su nombre en japonés) por parte de Corea del Sur, China, y Corea del Norte, tampoco se queda atrás en el acrecentamiento de los enfrentamientos diplomáticos, y las recientes provocaciones, en este caso de naves chinas. Y Rusia y Japón continúan sus negociaciones en sus reclamos por las islas Kuriles, negociaciones no resueltas que se mantienen latentes desde el siglo pasado.

Por último, y no menos importantes mencionar, el deterioro de las relaciones diplomáticas creciente entre la República Popular China y Taiwán, y Gamberra vs Pekín, en las recientes guerras comerciales y disputas diplomáticas de reciente orden.

Teniendo en cuenta todos estos datos, sumados a la convulsa situación geopolitica que atraviesa la región Asia Pacífico en los últimos tiempos, académicos, especialistas y numerosos estudios remarcan la urgencia de observar “bajo la lupa” y de cerca esta serie de conflictos, atendiendo y analizando con suma delicadeza cada uno de los sucesos de índole beligerante y político-social, debido a que cabe la posibilidad de que estén a las puertas de una incipiente guerra o conflicto armado de carácter regional que amenace la vida de miles, o millones de vidas y el medio ambiente.

Diálogos y reuniones

Ante tales situaciones de orden geopolítico y continental, a principios del mes de abril del año 2019, el Diálogo Shangri-La (SLD) celebraba en Singapur su última reunión desde que se declaró la pandemia mundial por covid19 en marzo del 2020.

El instituto Internacional de Estudios Estratégicos, Encuentro asiatico de seguridad y defensa: El Diálogo de Shangri-La [The International Institute for Strategic Studies (IISS) Asia Security Summit: The Shangri-La Dialogue (SLD) por sus siglas en inglés] es un foro de seguridad intergubernamental que se celebra anualmente al que asisten ministros de defensa y seguridad, jefes de ministerios, altos funcionarios gubernamentales, militares activos, académicos y demás profesionales para discutir asuntos de seguridad asiáticos, de 28 estados de Asia y el Pacífico. El foro ha crecido a lo largo de los años, dada su creciente importancia y urgencia en materia de seguridad y defensa de la región asiática. El mismo recibe su nombre del Hotel Shangri-La en Singapur, donde se lleva a cabo desde el año 2002.

En la cumbre se discutieron temas como las disputas y conflictos mencionados anteriormente, y por sobre todo el rol que juega China como potencia militar, y el papel de Estados Unidos como actor global en materia de seguridad y defensa, y su rol en la “contención” de las fuerzas navales chinas en el mar Indo-Pacifico.

Las reuniones se volverán a llevar a cabo a partir del presente año 2021, programado para realizarse del 4 al 6 de junio.

Además del Diálogo de Shangri-La, ante los conflictos emergentes, se reanudó el Diálogo de Seguridad “Cuadrilátero” (Quadrilateral Security Dialogue), compuesto por Estados Unidos, Japón, India y Australia. Es posible que los países que integran el Quad aprovechen la oportunidad para otra reunión al margen del DSL, para abordar los mencionados anteriormente citados.

En cuanto a estas dos grandes potencias, China y Estados Unidos, recientemente tuvieron la primera gran reunión de alto nivel que realizaron en persona desde que Joe Biden asumió la presidencia en enero, se llevó a cabo en Alaska la pasada semana. Pero lamentablemente no hubo signos de avance en las discusiones diplomáticas.

Resumiendo todo lo anterior y en consecuencia:

Estamos ante una creciente inestabilidad en materia de seguridad y defensa en el continente asiatico y pacifico. Ello supone el costo económico y social de la región más poblada del planeta, poniendo en riesgo la vida y salud de millones de vidas humanas y su biodiversidad.

El papel de la ONU y su Consejo de Seguridad, si bien a lo largo de su creación ha denunciado hechos que atentaban contra la seguridad regional (por ej, condena a Corea del Norte por llevar a cabo test nucleares, y a Pakistán e India por el mismo motivo), sin embargo es inminente la proliferación de armas y tecnología bélica en todo el continente asiático y pacifico, y pocos son los resultados visibles de una disminución de los mismos, de hecho se podría decir un que están en fase “stand by”. Incluso algunos expertos ya hablan de una “nueva guerra fría” entre China y Estados Unidos. Pero vale la pena recordar que a 50 años del tratado de No proliferación de armas nucleares, cumplidos el año pasado 2020, es importante destacar, y por sobre todo no olvidar los pilares esenciales y elementos originales de dicho tratado. El mismo fue fundamental para garantizar la paz y seguridad internacionales, y fue respaldado institucionalmente por todos los Estados parte, para el desarme y no proliferación nuclear.

A pesar de ello, Estados Unidos sigue siendo el estado con más armas nucleares hasta la fecha, y a esa lista se le suman China, Rusia, India, Pakistán, Norcorea, Israel. Es innegable la existencia del peligro real de proliferación de armamento nuclear, y de carrera armamentista. En consecuencia, ¿Estamos ante una “nueva guerra fría”, en donde las armas cumplen un papel disuasorio? O existe la posibilidad real de una inminente guerra que es capaz de envolver a más de un estado en la región de Asia-pacifico? Los esfuerzos multilaterales conjuntos de los estados de Asia-Pacifico, Estados Unidos, el rol como negociador de la Unión Europea, y el papel que tienen África y Latino América en la mesa de negociación mundial, son necesarios para intentar llegar a arreglos pacíficos de controversias, mediante vías diplomáticas. Los líderes mundiales tienen la obligación para con la humanidad de evitar semejante hecatombe.

Carolina Garcia Duran: Licenciada en Relaciones Internacionales – Universidad de la República – Uruguay

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