El sistema internacional se encuentra en vela desde hace días frente a lo que ocurre actualmente entre Israel y la organización palestina Hamas, que mantiene a la región en un contexto inestable y versátil, con un futuro probablemente incierto. Las crecientes tensiones iniciaron tiempo atrás, pero la violencia entre palestinos y la policía israelí ha ido escalando: ataques aéreos, disidencias entre árabes y judios, cientos de arrestos en Jerusalén fueron algunos de los sucesos que ocurrieron estos últimos días. 

Sin embargo, el lunes por la noche comenzaron a dispararse cohetes desde Gaza hacia Israel, que activó su reconocido sistema de defensa, “Cúpula de Hierro”, y respondió atacando objetivos dentro del territorio. Según el ejército israelí, más de 1.000 misiles fueron disparados por grupos palestinos desde Gaza, donde unos 850 fueron interceptados. Asimismo, Jonathan Conricus, portavoz del ejército israelí, informó que otros 200 misiles se estrellaron dentro de la Franja de Gaza. Las muertes ascendieron aproximadamente a 53 palestinos y seis israelíes desde el lunes.

Mientras que Hamas reclama desde Gaza que sus pedidos “no han sido escuchados”, lo que llevó a la organización a accionar de tal manera, Netanyahu demanda los violentos disturbios que se han experimentado en las principales ciudades del país y declara que usará toda su fuerza en pos de proteger al país de “los enemigos en el exterior y los alborotadores en el interior”. El portavoz del secretario general de Naciones Unidas declaró que António Guterres se encuentra profundamente preocupado tanto por el curso del conflicto como por el número en ascenso de las víctimas, en su mayoría jóvenes y niños. 

Frente a la creciente tensión en la zona, tanto manifestantes como líderes políticos alrededor del mundo se han pronunciado al respecto. Desde la Unión Europea, por ejemplo, se condenaron los ataques palestinos contra Israel, calificados como “totalmente inaceptables”, como también los desalojos a familias palestinas en Jerusalén Este. Los Veintisiete pidieron a todas las partes que se busque reducir la escalada y se eviten más víctimas de las ya existentes. Por su parte, el primer ministro británico, Boris Johnson, manifestó la necesidad de que Israel y los palestinos “muestren moderación” frente a las problemáticas y den “un paso atrás” para evitar que el conflicto se intensifique. 

La Casa Blanca no tardó en promulgar su posición al respecto. Jen Psaki, su portavoz, declaró que el presidente Joe Biden muestra su apoyo a la seguridad de Israel y su derecho legítimo a defenderse, pero sin dejar de lado que Jerusalén “debe ser un lugar de coexistencia”. Similar a esta declaración fue lo expresado por el ministro de Relaciones Exteriores de Alemania, Heiko Maas, quien afirmó que los ataques contra Israel son absolutamente inaceptables y que este país “tiene el derecho a la legítima defensa”. A su vez, remarcó que esta escalada de violencia no puede tolerarse ni aceptarse, y debe terminar de inmediato. 

Por el contrario, el jefe de la Liga Árabe, Ahmed Aboul Gheit, caracterizó a los ataques aéreos israelíes como “indiscriminados e irresponsables” y culpó al país de promover una escalada peligrosa en la región. Según Ahmed, la comunidad internacional debe actuar de inmediato para detener la violencia. En consonancia, el líder supremo de Irán, Ayatollah Ali Khamenei, dijo que los palestinos deben aumentar su poder y resistencia frente al “lenguaje de la fuerza” utilizado por los sionistas.  También declaró la Organización de Cooperación Islámica (OCI), que elogió tanto “la firmeza del pueblo palestino” que vive en la ciudad ocupada de Jerusalén, como su respuesta frente a los ataques perpetuados. 

Desde América Latina, varios países expresaron preocupación por la tensa situación que se atraviesa. Tanto Cuba como Venezuela condenaron los bombadeos israelíes contra la población palestina y fueron calificados como “indiscriminados e injustificables” por ambos países, quienes exigieron un llamado de alerta a la comunidad internacional para poner fin a la escalada de violencia contra el pueblo palestino. 

Desde Cuba, el canciller Bruno Rodríguez Parrilla declaró su enérgica condena a los ataques por parte de Israel y denunció el apoyo estadounidense a este país. Por su parte, el canciller venezolano, Jorge Arreaza, comunicó que su país reafirma su posición histórica en defensa de la soberanía, independencia y autodeterminación de Palestina. Por el momento, Argentina también se pronunció preocupada por la escalada de violencia en un criticado comunicado en el día de ayer. En el mismo, denunció “el uso desproporcionado de la fuerza por parte de las unidades de seguridad israelíes y ante el ataque con misiles y artefactos incendiarios desde la Franja de Gaza.”

Por otra parte, México, Chile, Nicaragua, Honduras y Guatemala manifestaron cierta inquietud y preocupación frente a los hechos, aunque sólo estos dos últimos mencionaron su rechazo sobre los “actos terroristas” ocurridos. Sobre todo, Uruguay expresó en un comunicado su condena firme a los actos terroristas y el “recrudecimiento de los ataques perpetrados desde Gaza contra el territorio israelí”. 

Por último, organizaciones como el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) o la Corte Penal Internacional (CPI) enunciaron cierta desazón por lo ocurrido entre Gaza e Israel. El director de Medio Oriente del CICR, Fabrizio Carboni, declaró que los ataques contra civiles están prohibidos dentro del derecho internacional humanitario, y que cualquier tipo de ataque debe ser proporcionado y con las preocupaciones necesarias para evitar víctimas, por lo que pidió un “rápido y seguro movimiento” para las ambulancias y el personal médico en el conflicto. Por su parte, la fiscal Fatou Bensouda de la CPI declaró en nombre del tribunal la “preocupación por los posibles crímenes de guerra en Cisjordania, incluida Jerusalén Oriental, y en Gaza y alrededores”.

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Valentina Borghi Ponti
Licenciada en Gobierno y Relaciones Internacionales (UADE), con interés en Medio Oriente, el Mediterráneo y los recursos energéticos

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