Turquía detuvo el lunes a 10 almirantes retirados después de que criticaran abiertamente un proyecto de canal presentado por el presidente Recep Tayyip Erdogan. 

La aprobación oficial el mes pasado de los planes para desarrollar una ruta marítima de 45 kilómetros (28 millas) en Estambul comparable a los canales de Panamá o Suez ha abierto el debate sobre el compromiso de Turquía con la Convención de Montreux de 1936. Este pacto internacional tiene como objetivo desmilitarizar el Mar Negro mediante el establecimiento de estrictas normas comerciales y navales sobre el paso por los estrechos del Bósforo y los Dardanelos que conducen al Mediterráneo .

En su carta, 104 almirantes retirados dijeron que el tratado existente “protege mejor los intereses turcos”. “Recientemente, la apertura de la Convención de Montreux al debate dentro del alcance de la autoridad para retirarse de los tratados internacionales y el proyecto del Canal de Estambul es motivo de preocupación”, se lee en la carta.

La oficina del fiscal general de Ankara dijo que se habían emitido órdenes de arresto para los 10 y ordenó a otros cuatro sospechosos que se presentarán a la policía de Ankara en un plazo de tres días, optando por no detenerlos debido a su edad.

Se les acusa de “usar la fuerza y ​​la violencia para deshacerse del orden constitucional”, informó la emisora ​​local NTV.

La redacción es similar a la que han usado los fiscales contra otros críticos de Erdogan que han sido encarcelados en una ofensiva que siguió a un golpe fallido en 2016.

Entre los almirantes retirados detenidos el lunes se encontraban algunos de los comandantes navales más famosos de Turquía. Entre ellos se encontraba Cem Gurdeniz, a menudo descrito como el padre de la controvertida nueva doctrina marítima de Turquía conocida como “Patria Azul”. La doctrina ha cobrado importancia, especialmente durante las tensiones del año pasado entre Grecia y Turquía por la exploración de gas de Ankara en el Mediterráneo oriental.

Los funcionarios turcos han reaccionado con enojo a la carta, alegando que parece ser un llamado a un golpe. “Expresar los pensamientos es una cosa, preparar una declaración que evoque un golpe es otra”, dijo el domingo el presidente del parlamento, Mustafa Sentop.

Los golpes son un tema delicado en Turquía desde que el ejército, que durante mucho tiempo se ha considerado el garante de la constitución secular del país, protagonizó tres golpes entre 1960 y 1980.

“Esto es perturbador en nombre de la democracia”, dijo el lunes el ministro de Justicia turco, Abdulhamit Gul. “Nuestra lucha contra esta mentalidad oscura continúa. La respuesta necesaria se dará dentro de un marco legal”, agregó Gul.

La alternativa propuesta por Erdogan de 75 mil millones de liras ($ 9,8 mil millones) al Bósforo y los Dardanelos plantea dudas sobre si los acuerdos existentes se aplicarían a la nueva ruta.

El mes pasado, el presidente del parlamento, Sentop, dijo que el presidente “podría” retirarse de la convención.

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Redacción
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