El Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) acordó este miércoles condenar la represión violenta de las protestas en Birmania, pero no denunciar el golpe de Estado -protagonizado por militares- o hablar de posibles medidas en respuesta a él a consecuencia de la oposición de varios Estados miembros.
El máximo órgano de decisión de la ONU “condena firmemente la violencia contra manifestantes pacíficos” en la Myanmar (también conocida por su antiguo nombre colonial Birmania) en una declaración aceptada por unanimidad, según fuentes diplomáticas.
Los quince países dieron el visto bueno a un texto de compromiso en el que se pide contención al Ejército y se reclama la liberación inmediata de todas las personas detenidas de forma arbitraria. La declaración, impulsada por el Reino Unido tras una reunión a puerta cerrada que el máximo órgano de decisión de la ONU mantuvo la semana pasada, condena la violencia contra quienes protestan pacíficamente.
El texto final excluyó las referencias al golpe de estado y una advertencia sobre posibles medidas. El retiro de esos temas se debió a la exigencia de países como China y Rusia. Desde el golpe militar la represión dejó al menos 60 víctimas, además de miles de heridos y detenidos.