En abril de 2019, la policía mexicana arrestó al presunto traficante de personas Ignacio Santoyo en una lujosa zona del complejo turístico caribeño de Playa del Carmen después de vincularlo con un negocio de prostitución que se extendía por toda América Latina.
Sin embargo, no fueron las 2.000 mujeres que supuestamente Santoyo había chantajeado y explotado sexualmente lo que finalmente condujo a su captura, sino el bitcoin que se sospecha que usó para ayudar a lavar las ganancias de sus operaciones.
La criptomoneda está emergiendo como un nuevo frente en la lucha de América Latina contra las pandillas que combaten por el control de vastos mercados criminales de sexo, drogas, armas y personas.
“Hay una transición para cometer delitos en el ciberespacio, como adquirir criptomonedas para lavar dinero … y la pandemia lo está acelerando”, dijo Santiago Nieto, jefe de la unidad de inteligencia financiera (UIF) de la Secretaría de Hacienda de México.
Ni Santoyo, que está detenido, ni los abogados que lo representan, pudieron ser contactados para hacer comentarios, y no han comentado públicamente sobre el caso en el pasado. La oficina del fiscal general mexicano se negó a comentar mientras el caso permanecía abierto.
El arresto de Santoyo representó un éxito temprano para una nueva ley en México, una de las dos únicas naciones de América Latina, con Brasil, para promulgar dicha legislación, que busca abordar el problema intratable de cómo las agencias legales pueden rastrear el uso de bitcoin y otras criptomonedas. diseñado para anonimizar a los usuarios.
La ley requiere que todas las plataformas de comercio de criptomonedas registradas reporten transferencias superiores a 56,000 pesos ($ 2,830). Se aprobó en 2018, pero llevó muchos meses implementar el sistema, que aún es un trabajo en progreso.
El uso de Bitcoin para lavar dinero está aumentando particularmente entre bandas de narcotraficantes como el Cartel Jalisco Nueva Generación (CJNG) y el Cartel de Sinaloa del capo capturado Joaquín “El Chapo” Guzmán, según dicen las autoridades de Estados Unidos y México.
El presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, ha enfrentado niveles récord de violencia impulsada por pandillas durante sus primeros dos años en el cargo, y la perspectiva de que los cárteles oculten sus ganancias en espacios poco regulados es una gran preocupación.
Las sumas involucradas en los pocos casos descubiertos suelen ser miles o decenas de miles de dólares. Representan una gota en el océano en comparación con el lavado de dinero en efectivo del crimen organizado, estimado en $ 25 mil millones al año solo en México, según el gobierno y las firmas de inteligencia financiera.
Sin embargo, han comenzado a surgir sumas más grandes en toda la región en los últimos tres años, con un equipo de policía internacional que desmanteló a tres bandas de narcotraficantes colombianas que lavaron millones de dólares a través de criptomonedas, dicen las autoridades. En México, la esperanza es que las nuevas reglas ayuden a atrapar peces grandes.
Con informacion de Reuters