La posibilidad de un acuerdo entre Rusia y Ucrania que ponga fin a la guerra desatada en febrero de 2022 pareció más cercana luego de la última reunión entre el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y Volodímir Zelenski, su par de Ucrania. Sin embargo, qué tan cerca se está de un alto al fuego dependerá de la coincidencia en los puntos del armisticio entre Kiev y Moscú, algo en lo que todavía queda camino por recorrer.

La propuesta de veinte puntos que fue elaborada por el lado ucraniano con influencia de sus socios europeos vislumbra una serie de compromisos que pueden considerarse como concesiones. Entre ellos, el implementar programas educativos que promuevan “la eliminación del racismo y el prejuicio”, -uno de los puntos discursivos más sensibles para Moscú es la enseñanza de ruso y la cultura rusa en las escuelas de Ucrania-, así como realizar “en el menor tiempo posible” elecciones que podrían derivar en una salida del mismo Zelenski del escenario institucional.
Otros ítems, como la necesidad de un importante paquete de reconstrucción para el país invadido, ya estaba incluida en la propuesta de 28 puntos que se filtró en noviembre y fue reconocida como parte de un trabajo conjunto de Washington con contrapartes rusas y la “influencia” de charlas previas con representantes ucranianos.
Qué tan cerca está de llegar un acuerdo entre Rusia y Ucrania
Sin embargo, las nuevas conversaciones propulsadas por Ucrania todavía no fijan una posición común respecto a la cuestión de la soberanía sobre los territorios en disputa, que se anticipa como la discusión más sensible y trascendental para resolver el conflicto.
“Nuestro mayor desafío es el asunto territorial”, reconoció el propio Zelenski en una conferencia de prensa a principios de mes junto al presidente francés Emmanuel Macron, uno de sus aliados europeos. En aquel momento, el presidente de Ucrania pidió evitar cualquier propuesta que “recompense la guerra que [Rusia] empezó”.

Desde el comienzo de esta ronda de negociaciones, los representantes del Kremlin han manifestado la voluntad de Vladimir Putin de que Ucrania retire todas sus tropas del Donbás, la región oriental de Ucrania donde el conflicto empezó en 2014 como una guerra civil entra facciones prorrusas y las leales a Kiev. Luego de la conversación entre Trump y Zelenski, el consejero diplomático de Putin, Yuri Ushakov, sostuvo ante la prensa internacional que era momento de que Ucrania tomara la “valiente decisión” de abandonar este territorio “sin demoras”. En el pasado, Putin ha señalado que la incorporación del Donbás ocurrirá para Rusia de manera pacífica o a través de la guerra.
La posición de Zelenski mutó de negar cualquier concesión territorial a la posibilidad de que se establezcan “zonas económicas libres” en el Donbás, con un repliegue conjunto de las tropas ucranianas y rusas. “Hay dos opciones: o la guerra continúa, o algo tendrá que ser decidido respecto a las potenciales zonas económicas”, desafió en la conferencia de prensa conjunta con Donald Trump. Esta propuesta, resaltó, incluye también la retirada completa de los soldados rusos de las regiones ucranianas de Dnipropetrovsk, Mykolaiv, Sumy, y Járkiv.
Dentro del asunto de la soberanía se perfila también como espinoso el control de la planta nuclear de Zaporizhia, la más grande de Europa, que Rusia controla desde los primeros meses de la guerra. En su conferencia de prensa con Zelenski, Trump resaltó la administración de la planta por parte de Putin, lo que abona los reportes de que su propuesta es una conducción tripartita por parte de Rusia, Ucrania y Estados Unidos. En cambio, desde Kiev proponen que el manejo de la planta se mantenga en manos ucranianas y se incorporen los estadounidenses.

De esta manera, queda claro que, aunque se han logrado avances, todavía quedan puntos a acordar, cuya eventual resolución sin dudas dejará marcas a futuro en los dos pueblos. Mientras las negociaciones diplomáticas continúan, el riesgo es que las dos partes quieran saldar estas discusiones en el campo de batalla.
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