El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, informó que va a ordenar “pausar permanentemente la migración de países del Tercer Mundo”, luego de que un afgano con asilo se convirtiera en el principal sospechoso de una balacera sobre tres agentes de la Guardia Nacional, que terminó con una de ellos muerta y otro en condición crítica, en la capital Washington D.C. Por la ambigüedad acerca de la extensión del bloqueo, esta advertencia llegó a personas de buena parte del planeta, pero ya es real para los ciudadanos de doce países, que antes del trágico episodio ya tenían prohibido ingresar en la potencia norteamericana.

Si se cuenta todas las naciones sobre las que pesan restricciones estas suman 19, ya que los visitantes provenientes de otros siete países también enfrentan restricciones parciales para pasar las fronteras de Estados Unidos. Al ser consultados sobre el alcance de la prohibición aplicada “al tercer mundo”, oficiales norteamericanos volvieron a esta lista publicada en junio, lo que sugiere que las restricciones parciales se han vuelto totales para sus migrantes. Además, la administración republicana prometió revisar las Tarjetas de Residencia Permanentes o Green Cards ya otorgadas a los extranjeros nacidos en estos territorios, que forman una miríada de países con malas relaciones con la Casa Blanca, conflictos civiles o inestabilidad social.
Los países cuyos ciudadanos ya tienen prohibido ingresar a Estados Unidos
Países con restricción total para ingresar a Estados Unidos:
- Afganistán
- Myanmar
- Chad
- Congo-Brazzaville
- Guinea Ecuatorial
- Eritrea
- Haití
- Irán
- Libia
- Somalia
- Sudán
- Yemen
Países con restricción parcial para ingresar a Estados Unidos:
- Venezuela
- Cuba
- Togo
- Sierra Leona
- Turkmenistán
- Burundí
- Laos
Un atentado cometido por un afgano con asilo profundiza la retórica antiinmigrante de Trump
La nueva medida antiinmigración de Donald Trump se conoce después que un ciudadano afgano con asilo en Estados Unidos, llamado Rahmanullah Lakanwal, abriera fuego contra tres efectivos de la Guardia Nacional estacionados en Washington D.C., en el marco de las operaciones que este cuerpo militar de reserva realiza en distintos puntos urbanos del país por una iniciativa que el presidente republicano defiende como una manera de combatir la inseguridad. El ataque en la capital derivó en la muerta de una de las agredidas, identificada como Sarah Beckstrom, de 20 años, mientras que otro de los efectivos, Andrew Wolfe, de 24 años, pelea por su vida en una unidad de cuidados intensivos en el MedStar Washington Hospital. El tercer agredido también recibió heridas, pero ya fue dado de alta.

El sospechoso de agredir a los agentes de la Guardia Nacional tiene 29 años y es originario de la región de Kandahar. Pudo ingresar a Estados Unidos junto a su esposa y cinco hijos en 2021 por haber colaborado en su zona natal con distintas agencias norteamericanas, entre las que estaba la CIA, como parte del programa instaurado por Joe Biden para recibir a personas que habían asistido a sus fuerzas en el conflicto contra el talibán. En 2024, Lakanwal realizó una solicitud formal de asilo y le fue concedida a principios de este año, ya bajo la actual administración.
Todavía no se conocen los motivos que llevaron a Lakanwal a conducir a través del país para llevar adelante el ataque, como la fiscal del Distrito de Columbia, Jeanine Pirro, sostuvo que lo hizo. Sin embargo, la Guardia Nacional también ha sido movilizada en la escalada gubernamental contra la inmigración ilegal que lleva adelante la administración Trump. En algunas ciudades como Los Ángeles, sus efectivos han sido la fuerza en primera línea contra las protestas por las deportaciones masivas, mientras que en veinte estados del país asisten a los agentes de ICE en sus operativos.

Pero el origen del atacante fue suficiente para aumentar la retórica antiinmigrante de Donald Trump, quien puso la meta de deportar a 3000 extranjeros con distintas situaciones de legalidad por día. Debido a la dificultad de alcanzar esa cifra, la administración republicana ha destinado decenas de miles de millones de dólares y desviado recursos humanos para reforzar ICE. También se flexibilizaron los criterios según los cuales las personas pueden ser deportadas. De esta manera, se han revocado permisos de asilo, apuntado a inmigrantes ilegales sin historial criminal e incluso deportado personas que tenían permisos provisorios de residencia. A estas medidas, ahora se suma la lisa y llana prohibición de ingreso para los habitantes de 19 países.
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