El uso militar de la base espacial compartida entre China y Argentina en Neuquén es una especulación que un documento oficial de Estados Unidos desmiente, aunque eso no impide que siga siendo utilizado discursivamente en un contexto donde la administración Milei busca apoyo financiero de Washington D.C. para mantener su programa económico.
La Estación de Espacio Lejano nació de un convenio firmado en 2012 por la Agencia Estatal China de Lanzamiento, Seguimiento y Control General de Satélites (CLTC, por sus siglas en inglés) y la Comisión Nacional de Actividades Espaciales (CONAE). Luego de un segundo acuerdo que sumó a la provincia de Neuquén, la colaboración se ratificó en 2014 con un convenio entre Argentina y China que se convirtió en ley a través de la aprobación del Congreso en 2015.

El sitio elegido para la base fue la Bajada del Agrio, una localidad de 800 habitantes que forma parte del departamento de Picunches, a 250 kilómetros de la capital provincial. El predio de 200 hectáreas cuenta con una antena parabólica de 35 metros de diámetro “dirigida fundamentalmente a misiones denominadas de espacio profundo, ubicadas a distancias que superan los 300.000 km de distancia de la Tierra”, según explica la CONAE en su página web. Su propósito científico es brindar soporte a las misiones del Programa Chino para Exploración de la Luna (CLEP, por sus siglas en inglés), y fue parte del entramado que permitió asistir a la misión Chang’E 4, que descendió a la cara oculta del satélite natural en 2019.
El acuerdo entre ambas partes implica que la CONAE puede acceder al 10% del tiempo de uso de la antena para el desarrollo de proyectos de investigación científica nacional y de cooperación regional e internacional. Además, la CONAE tiene la posibilidad de instalar equipos en el predio para la realización de proyectos de interés nacional.
Aunque los convenios firmados establecen que el uso de la estación solo puede ser pacífico, distintos dirigentes antikirchneristas o antiperonistas han denunciado la Estación de Espacio Lejano como una supuesta entrega de la soberanía al Ejército Popular de Liberación, hablando de “base militar china” en Neuquén. Sin embargo, un documento oficial de Estados Unidos desmiente que esta sea la finalidad de la base, relegando las acusaciones a un mero recurso discursivo.

Estados Unidos desmiente que la base espacial china se utilice con fines militares
La mención oficial a la Estación de Espacio Lejano surge de un reporte elaborado en agosto de 2024 por el Foreign Military Studies Office del Ejército estadounidense, cuyo nombre es justamente “Instrumentos de la influencia militar china en Argentina”, y lleva la firma de Lucas Winter, Jason Warner y Angel M. Villegas-Cruz.
El propósito del reporte es “proveer a los líderes militares con un entendimiento claro e integral sobre cómo China y Rusia emplean instrumentos de poder nacional para obtener influencia militar alrededor del mundo”. Por lo tanto, se trata de un documento donde los funcionarios buscan acercar los hechos lo más objetivamente posible a sus receptores.

La Estación de Espacio Lejano aparece mencionada como uno de los elementos de influencia indirecta con los que cuenta China en el país, pero no por la presencia de tropas: “Aunque la base no se emplea para propósitos militares y no hay razón para esperar que esto cambie, el convenio para instalarla se extiende por 50 años, y por lo tanto provee a China una influencia estable a través de este acuerdo”.
El reporte recuerda que “Argentina ha mantenido históricamente una buena relación con China” -el primer jefe de estado nacional en visitar el país asiático fue Jorge Rafael Videla en 1980-, pero enfatiza en que “las relaciones militares entre Argentina y China son modestas, y ambos países priorizan la cooperación militar con otras naciones”. En el caso argentino citan, justamente, la sinergia castrense que existía con Estados Unidos ya antes de que asumiera Javier Milei.
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