El anuncio del proyecto Stargate Argentina, encabezado por OpenAI y la empresa Sur Energy, representa mucho más que una inversión tecnológica: es una señal de alineamiento estratégico entre Buenos Aires y Washington en el marco del nuevo orden digital global. Con una inversión prevista de hasta USD 25.000 millones bajo el régimen RIGI, el plan posiciona a la Patagonia como polo regional de inteligencia artificial y energía limpia, y a la Argentina como socio preferente de Estados Unidos en infraestructura crítica.
La noticia fue celebrada por el embajador estadounidense Peter Lamelas, quien destacó que “las inversiones como esta son el reflejo del rumbo que Argentina ha decidido tomar”. La declaración llega apenas horas después de que el secretario del Tesoro Scott Bessent confirmara la compra de pesos argentinos y un swap bilateral por USD 20.000 millones, completando una semana marcada por el mayor acercamiento financiero y político entre ambos países en décadas.
Un nodo de IA con peso geopolítico
El proyecto —presentado en Casa Rosada por el presidente Javier Milei, Demian Reidel (Nucleoeléctrica) y representantes de OpenAI— prevé la construcción de un centro de datos de 500 MW, el mayor de América Latina, destinado a proveer potencia computacional para aplicaciones de inteligencia artificial soberana.
El CEO de OpenAI, Sam Altman, aseguró que “este hito va más allá de la infraestructura: se trata de poner la inteligencia artificial en manos de la gente de toda la Argentina”. La compañía será el offtaker principal de la potencia generada, mientras que Sur Energy y socios energéticos locales, como Central Puerto y Genneia, liderarán la financiación inicial —estimada en un primer tramo de USD 7.000 a 10.000 millones—.
Más allá del componente tecnológico, analistas interpretan el proyecto como una jugada de política exterior de alto impacto: un pivote digital y energético que consolida la inserción argentina en la estrategia hemisférica de la administración Trump II, orientada a contrarrestar la influencia china en América Latina.
Energía, IA y poder blando
El nuevo ecosistema Stargate se inserta en una tendencia global: la construcción de infraestructura de IA alimentada por energía renovable. Con abundancia de recursos eólicos y nucleares, la Patagonia ofrece condiciones únicas para el despliegue de centros de cómputo de alta densidad energética.

El empresario Emiliano Kargieman, cofundador de Sur Energy y de la firma de microsatélites Satellogic, afirmó que el proyecto “combina el potencial energético de la Argentina con el desarrollo de una infraestructura crítica a escala mundial”. La sinergia entre IA, minería de datos y energía sustentable refuerza además la narrativa del “nuevo capitalismo tecnológico” que Milei impulsa como marca de gestión.
Un nuevo eje Washington-Buenos Aires
El anuncio refuerza una secuencia de hitos recientes: el acuerdo financiero entre el Tesoro de EE. UU. y el BCRA, la aprobación de proyectos dentro del RIGI, y ahora, la llegada de inversiones tecnológicas de escala global.
Para Estados Unidos, Argentina emerge como socio estratégico del bloque occidental en el Cono Sur, con un valor simbólico adicional: la convergencia entre inteligencia artificial, energía y geopolítica. Para Milei, el proyecto significa validación internacional de su programa de desregulación e inserción competitiva.
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