La crisis entre Estados Unidos y Venezuela entró en una nueva fase de tensión luego de que la administración de Donald Trump ordenara el despliegue de 10.000 tropas en el Caribe, mientras Qatar intenta mediar discretamente entre ambos gobiernos para evitar una escalada regional.
Según reveló The New York Times, la mayor parte de los efectivos estadounidenses fueron trasladados a bases en Puerto Rico, mientras ocho buques de guerra y un submarino patrullan el área. El Pentágono confirmó además cuatro ataques letales contra embarcaciones civiles desde septiembre, que Washington calificó como operaciones contra “narco-terroristas”, sin presentar pruebas públicas.

Qatar busca abrir un canal de diálogo
Fuentes diplomáticas confirmaron que Qatar está actuando como intermediario en un esfuerzo por mantener abiertos los canales de comunicación entre Caracas y Washington. El emirato, que ya media en conflictos como Gaza y Afganistán, habría facilitado contactos indirectos entre funcionarios venezolanos y estadounidenses desde 2023.

El exasesor de la Casa Blanca Juan González señaló que “Qatar intenta crear un canal estructurado de diálogo entre ambas partes, aunque la administración Trump no ha mostrado interés”. Durante el gobierno de Biden, Doha fue sede de encuentros entre González y el negociador venezolano Jorge Rodríguez, centrados en sanciones, deportaciones y liberación de prisioneros.
Aun así, el secretario de Estado y asesor de Seguridad Nacional, Marco Rubio, impulsa una línea de presión militar para forzar la salida del presidente Nicolás Maduro, respaldado por el director de la CIA, John Ratcliffe, y el asesor Stephen Miller.
Crece la presión militar en el Caribe
El despliegue en Puerto Rico incluye tripulaciones de cazas F-35, drones MQ-9 Reaper y aeronaves de transporte e inteligencia. Altos mandos señalaron que la presencia apunta a “operaciones más amplias” y que el Pentágono considera la situación como un conflicto armado con organizaciones designadas como terroristas.
Sin embargo, legisladores demócratas cuestionaron la base legal de las acciones. En una carta enviada a Trump, advirtieron que no existe categoría jurídica reconocida para las “Designated Terrorist Organizations” y que los ataques podrían violar la Resolución de Poderes de Guerra.

El presidente de Colombia, Gustavo Petro, denunció que una de las embarcaciones atacadas por Estados Unidos era de bandera colombiana y transportaba civiles.
Maduro mantiene cooperación limitada
A pesar del aumento de la hostilidad, Caracas mantiene los vuelos de deportación de ciudadanos venezolanos desde EE.UU. y ha mostrado disposición a retomar el diálogo. Según fuentes del Palacio de Miraflores, Maduro envió una carta personal a Trump negando vínculos con el narcotráfico y proponiendo restablecer canales diplomáticos.
No obstante, el mandatario estadounidense habría ordenado al enviado especial Richard Grenell suspender todas las gestiones con el gobierno venezolano, cerrando temporalmente los intentos de acercamiento.
Escenario regional incierto
Con Qatar insistiendo en la vía diplomática y el Pentágono incrementando su presencia militar, la región enfrenta el riesgo de una escalada directa entre Washington y Caracas. Para los analistas, el conflicto podría extenderse más allá del Caribe e involucrar a aliados regionales de ambos países, complicando el equilibrio estratégico de Estados Unidos en América Latina.
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