Durante el Durga Puja, una de las celebraciones más importantes del hinduismo, una figura del presidente estadounidense Donald Trump fue representada como el demonio Mahishasura, el enemigo mítico de la diosa Durga. La instalación, presentada en la ciudad de Murshidabad (estado de Bengala Occidental), se volvió viral al reinterpretar la tradicional batalla entre el bien y el mal en clave política contemporánea.
El comité organizador explicó que la elección de Trump como símbolo del mal refleja el deterioro de las relaciones entre India y Estados Unidos tras su regreso al poder. “Trump intenta aplastarnos con sus políticas comerciales y sanciones. Por eso lo mostramos como el demonio vencido por Durga”, dijo Sanjay Basak, uno de los responsables de la obra. En el festival, los artistas suelen reinterpretar temas sociales y políticos —como guerras, crisis migratorias o tensiones diplomáticas— en clave mitológica y artística.

De “Howdy Modi” a la tensión comercial
Hace apenas seis años, Trump y el primer ministro Narendra Modi mostraban una alianza sólida, celebrada en eventos multitudinarios como el “Howdy, Modi!” en Houston y el “Namaste Trump” en Ahmedabad. Pero ese vínculo se fracturó tras las políticas proteccionistas del nuevo gobierno estadounidense. Trump impuso tarifas récord del 50% a productos indios, sancionó las compras de petróleo ruso por parte de Nueva Delhi y aplicó un arancel de USD 100.000 para visas H-1B, afectando directamente al talento tecnológico indio.
Estas medidas generaron una sensación de traición en India, que fue canalizada en la instalación de Durga Puja como un acto simbólico de resistencia cultural. “El demonio Trump envía un mensaje político claro: la diosa representa la justicia frente a la arrogancia del poder”, explicó el analista cultural Tuneer Mukherjee.
Tradición de arte político en Bengala
En Bengala, el arte popular siempre ha sido una forma de disidencia y comentario político. Desde los tiempos de Rabindranath Tagore y Bankim Chandra Chatterjee, la cultura bengalí ha mezclado espiritualidad, crítica social y nacionalismo. Durante el Durga Puja, los pandal —templos efímeros decorativos— se transforman en galerías de arte que reflejan la actualidad: Bin Laden fue representado tras el 11-S, Xi Jinping tras los choques fronterizos de 2020, y ahora Trump ocupa el papel del enemigo a derrotar.
Para los organizadores, la respuesta del público confirmó el poder de esta fusión entre devoción y protesta. “Miles de personas hicieron fila para ver la escultura. Fue nuestra forma de decir que incluso los poderosos pueden ser derrotados”, dijo Basak.
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