El acuerdo de seguridad trilateral entre Australia, Reino Unido y Estados Unidos (AUKUS) logró superar la revisión del gobierno de Donald Trump sin sufrir modificaciones sustanciales. Según informó Nikkei Asia, el pacto continuará vigente y será uno de los temas centrales durante la próxima visita del primer ministro australiano Anthony Albanese a la Casa Blanca, prevista para el 20 de octubre.

AUKUS, considerado una de las piezas fundamentales de la arquitectura de defensa estadounidense en Asia, contempla la producción conjunta de submarinos de propulsión nuclear, la venta de tres unidades clase Virginia a Canberra para 2030, y una estrecha cooperación en materia de misiles hipersónicos, inteligencia artificial y capacidades cibernéticas.
La decisión del presidente Trump de mantener el acuerdo sorprendió a varios observadores. En los últimos meses, su administración revisó decenas de programas heredados, especialmente aquellos vinculados a alianzas internacionales. La auditoría sobre AUKUS, liderada por el subsecretario de Defensa Elbridge Colby, evaluó su compatibilidad con la nueva Estrategia de Defensa Nacional, que prioriza la seguridad del hemisferio occidental por sobre el enfrentamiento global con China.
Una señal de continuidad estratégica en el Indo-Pacífico
El mantenimiento de AUKUS representa una excepción en el marco del repliegue general de compromisos internacionales promovido por el ala más dura del trumpismo. Según analistas, la decisión revela que la contención de China sigue siendo un eje estructural de la política exterior estadounidense, aun bajo el discurso del “America First”.
Para Canberra, la continuidad del pacto es vital: el gobierno australiano ya comprometió más de 1.000 millones de dólares en la primera fase del programa, y proyecta una inversión total de 240.000 millones en las próximas tres décadas. “AUKUS representa el salto más importante en la capacidad defensiva de nuestra historia”, aseguró Albanese al justificar la magnitud del esfuerzo presupuestario.

La permanencia de Washington dentro del esquema también refuerza la confianza de sus aliados regionales. Países como Japón, Corea del Sur, Filipinas, Nueva Zelanda y Vietnam observaban con preocupación las señales de retraimiento estadounidense. En este contexto, la confirmación de AUKUS actúa como un mensaje de continuidad y compromiso con la estabilidad del Indo-Pacífico.
Implicancias geopolíticas y proyección tecnológica
Más allá del componente militar, la decisión preserva el desarrollo del llamado “Pilar II de AUKUS”, orientado a incorporar nuevas potencias tecnológicas aliadas —entre ellas Canadá, Japón y Corea del Sur— a proyectos de investigación en inteligencia artificial, ciberdefensa, guerra electrónica, capacidades submarinas y ciencia cuántica.

En términos estratégicos, la continuidad del pacto también busca contrarrestar la narrativa china sobre el “declive del poder occidental” en Asia. Desde Beijing, el Ministerio de Relaciones Exteriores calificó reiteradamente a AUKUS como un “bloque militar desestabilizador”, mientras que Moscú lo considera parte de una “nueva OTAN asiática”.
Sin embargo, en Washington el acuerdo se interpreta como una demostración de resiliencia institucional: más allá de los cambios de gobierno, las prioridades geoestratégicas de Estados Unidos en el Indo-Pacífico permanecen estables.
Te puede interesar: EE.UU. enfrenta un debate interno sobre su rol en AUKUS y la entrega de submarinos nucleares para Australia en medio de tensiones con China













