Una cumbre de emergencia árabe-islámica se desarrolló en Doha, Qatar, durante la jornada del lunes 15 de septiembre, congregando a líderes de 57 países musulmanes y 22 naciones árabes en respuesta al ataque aéreo israelí contra objetivos de Hamas en territorio qatarí. La reunión extraordinaria marca un punto de inflexión en las relaciones regionales y plantea la posibilidad de una reconfiguración geopolítica en Medio Oriente ante la escalada militar israelí.
Contexto del ataque israelí que desencadenó la crisis diplomática
El 9 de septiembre, fuerzas israelíes ejecutaron un ataque con misiles contra líderes de Hamas reunidos en sus oficinas de Doha, mientras el grupo palestino estudiaba una propuesta de alto el fuego presentada por el presidente estadounidense Donald Trump para poner fin a la guerra genocida de dos años en Gaza. El ataque resultó en la muerte de cinco miembros de Hamas, incluido el hijo del negociador jefe Khalil al-Hayya, y un oficial de seguridad qatarí.

La operación israelí representó una escalada significativa al atacar directamente territorio de Qatar, un aliado estratégico de Estados Unidos que alberga una importante base militar estadounidense en el desierto cercano a Doha. El ataque se produjo horas después de que el ministro de Relaciones Exteriores israelí, Gideon Saar, afirmara que Israel había aceptado la propuesta de Trump para liberar a los 48 cautivos retenidos por Hamas en Gaza a cambio de prisioneros palestinos y un cese del fuego.
Respuesta diplomática unificada del mundo árabe-musulmán
El emir qatarí Sheikh Tamim bin Hamad Al Thani inauguró formalmente la cumbre con una dura crítica a Israel, calificando el ataque como “cobarde y traicionero”. Durante su discurso, el líder qatarí advirtió que el primer ministro israelí Benjamin “Netanyahu sueña con que la región árabe se convierta en una esfera de influencia israelí, y esta es una ilusión peligrosa”.

La cumbre de emergencia representa la primera ocasión en años donde los estados árabes e islámicos se movilizan de manera coordinada para abordar la agresión israelí más allá de declaraciones retóricas. El primer ministro qatarí Sheikh Mohammed bin Abdulrahman bin Jassim Al Thani había anticipado que Qatar buscaría una respuesta colectiva al ataque, que ha puesto en riesgo a toda la región.
Proyecto de resolución condena acciones israelíes y amenaza normalización
Según el borrador de resolución obtenido por Reuters, los líderes árabes e islámicos advertirán que el ataque israelí contra Qatar y otros “actos hostiles” amenazan la coexistencia y los esfuerzos de normalización de relaciones en la región. El documento condena “el brutal ataque israelí contra Qatar y la continuación de los actos hostiles de Israel, incluyendo genocidio, limpieza étnica, hambruna, asedio, y actividades de colonización y políticas expansionistas”.

La resolución establece que estas acciones amenazan “todo lo que se ha logrado en el camino de normalizar los lazos con Israel, incluidos los acuerdos actuales y futuros”. Esta declaración adquiere particular relevancia considerando que los Emiratos Árabes Unidos, el estado árabe más prominente en normalizar relaciones con Israel en 2020 bajo los Acuerdos de Abraham, ha expresado tensiones crecientes con Tel Aviv tras el ataque a Qatar.
Presiones por medidas concretas más allá de la retórica diplomática
El presidente iraní Masoud Pezeshkian instó a las naciones musulmanas a romper relaciones diplomáticas con Israel, declarando que “los países islámicos pueden cortar lazos con este régimen falso y mantener unidad y cohesión”. Esta declaración señala la presión creciente por adoptar medidas tangibles en lugar de limitarse a condenas verbales.
El ministro de Relaciones Exteriores pakistaní Mohammad Ishaq Dar enfatizó la importancia de que la cumbre alcance una “hoja de ruta clara para lidiar con esta situación”, indicando que los musulmanes del mundo “estarían observando esta cumbre, esperando ver qué resulta de ella”. Pakistán, como potencia nuclear musulmana, ha indicado su disposición a cumplir con sus deberes como miembro de la Ummah (comunidad de creyentes musulmanes).
Implicaciones para los Acuerdos de Abraham y normalización regional
El ataque israelí a Qatar ha generado fracturas significativas en los esfuerzos de normalización impulsados por Estados Unidos. Los Emiratos Árabes Unidos convocaron al embajador adjunto israelí tras el ataque y las posteriores declaraciones de Netanyahu, describiéndolas como hostiles. Abu Dhabi ha caracterizado la estabilidad de Qatar como “parte inseparable de la seguridad y estabilidad de los estados del Consejo de Cooperación del Golfo”.
Arabia Saudí, que Estados Unidos e Israel consideran como futuro miembro de los Acuerdos de Abraham, se encuentra ahora más distante que nunca de la normalización con Israel. El reino ha reiterado que no establecerá lazos con Israel sin la creación de un estado palestino, posición que se ha endurecido tras la escalada israelí.

Crédito Doug Mills/The New York Times
Reacción estadounidense y equilibrios geopolíticos
El presidente Trump ha expresado su descontento con el ataque israelí, señalando que no avanzó los objetivos israelíes o estadounidenses, y calificando a Qatar como un aliado cercano que trabaja arduamente por la paz. Trump aseguró al emir qatarí que “tal cosa no volverá a ocurrir en su territorio”, indicando presiones estadounidenses sobre Israel para evitar futuras escaladas.
Sin embargo, el secretario de Estado Marco Rubio viajó a Israel para reunirse con Netanyahu y otros líderes, donde discutieron, entre otros temas, planes para anexar grandes partes de Cisjordania. Esta medida ha sido descrita por los Emiratos Árabes Unidos como una “línea roja” que socavaría los acuerdos de normalización existentes.
Perspectivas de una nueva configuración regional
La cumbre árabe-islámica en Doha representa un momento de inflexión potencial en la geopolítica de Medio Oriente. El jefe de seguridad iraní Ali Larijani había emitido previamente lo que calificó como “una advertencia a los gobiernos islámicos”, instándolos a “formar una ‘sala de operaciones conjunta’ contra la locura” de Israel en lugar de recurrir a meras declaraciones.
La sensación de seguridad disfrutada por Qatar y los estados vecinos del Golfo ha sido destruida, lo que podría impulsarlos a buscar nuevos arreglos de seguridad o defensa que vayan más allá de la compra de armamentos. Sin embargo, existen consideraciones políticas complejas, especialmente con Washington manteniendo su apoyo incondicional a Israel a pesar de la creciente frustración internacional.
La cumbre de Doha concluye en un contexto donde Israel ha sido ampliamente acusado de cometer genocidio contra los palestinos en Gaza, incluyendo por el grupo más grande de académicos especialistas en genocidio del mundo, durante su campaña de casi dos años en el enclave palestino que ha matado a más de 64.000 personas según autoridades locales.
Te puede interesar: El bombardeo israelí en Qatar tensiona la región – Condenas internacionales y silencios oficiales













