China habría indicado a diplomáticos de la Unión Europea su disposición a integrar una misión de mantenimiento de la paz en Ucrania, condicionada a dos requisitos: la existencia de un alto el fuego efectivo y un mandato del Consejo de Seguridad de la ONU. Pekín no emitió confirmación oficial hasta el momento.
De concretarse, sería un giro relevante en la diplomacia china sobre la guerra: su participación quedaría atada a un esquema clásico de “cascos azules”, que exige consentimiento de las partes y resolución del Consejo de Seguridad. Ese punto no es menor: cualquier mandato requeriría la anuencia —o al menos la abstención— de Rusia, miembro permanente con poder de veto. La idea de una contribución china a una futura misión no es totalmente nueva: ya había circulado en ámbitos de seguridad europeos desde comienzos de 2025.
Un contexto de “garantías de seguridad” con presencia europea
En paralelo a la señal china, alrededor de diez países europeos evalúan enviar contingentes a Ucrania una vez alcanzado un acuerdo de paz, como parte de un paquete de garantías de seguridad. Informes mencionan que Reino Unido y Francia estarían dispuestos a desplegar centenares de efectivos —lejos del frente— para funciones de entrenamiento, logística y verificación; Bélgica, Lituania y Estonia también manifestaron predisposición.

Las discusiones avanzan en medio de un reposicionamiento transatlántico: Washington busca que Europa asuma “la mayor carga” del esquema de seguridad post-guerra, con Estados Unidos aportando capacidades críticas (por ejemplo, apoyo aéreo) pero sin “botas estadounidenses” en territorio ucraniano.
Francia empuja la ventana política, pero el cómo sigue abierto
El presidente francés Emmanuel Macron viene defendiendo públicamente que, si Kiev lo solicita, la presencia de fuerzas aliadas en Ucrania no depende de la aprobación de Moscú. Ese marco —que podría habilitar desde misiones de verificación hasta un dispositivo de disuasión— ya generó roces diplomáticos dentro de Europa, como se evidenció en el cruce París–Roma por declaraciones del viceprimer ministro italiano Matteo Salvini.
Viabilidad y riesgos
Un despliegue con mandato ONU daría cobertura jurídica y reglas de empeñamiento claras, pero la política del veto en el Consejo de Seguridad y la necesidad de consentimiento de las partes vuelven el escenario frágil. Además, existen antecedentes recientes de la UE de explorar alternativas a enviar tropas ante los costos políticos y logísticos, privilegiando por ahora el armamento, entrenamiento y apoyo ISR para “blindar” a Ucrania.
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