Frente al Comité de Servicios Armados de la Cámara de Representantes, el Secretario de Defensa, Pete Hegseth, confirmó que Estados Unidos no descarta una futura invasión militar de Groenlandia o Panamá. Por el contrario, sugirió que el Pentágono “tiene planes para cualquier número de contingencias” y que los funcionarios “están deseando trabajar con Groenlandia para asegurarse de que está a salvo de cualquier amenaza potencial”.

Las declaraciones del titular de Defensa estadounidense fueron criticadas por los miembros del comité por “enviar un mensaje al resto del mundo de que Estados Unidos está en esto por sí mismo” y que “no le importan las alianzas”. “No creo que los estadounidenses votaran al presidente Trump porque esperaran que invadiéramos Groenlandia”, declaró tajante el representante demócrata Adam Smith, de Washington.
Fuerte rechazo internacional
Si bien los comentarios de Hegseth no fueron de importancia para otros funcionarios de la Administración de Trump, la cuestión de una posible intervención militar estadounidense en Groenlandia, Panamá, Canadá y otros territorios aliados ha sido un punto de preocupación durante meses. Cabe recordar que Trump reafirmó en múltiples ocasiones que Dinamarca debería ceder el control de Groenlandia por el bien de la seguridad mundial, y que Canadá debería convertirse en el estado número 51 de su país.

Funcionarios internacionales han rechazado las intenciones del líder de la Casa Blanca de “adueñarse” de espacios como Groenlandia o el Canal de Panamá, advirtiendo que arremete contra la soberanía de los Estados. Por ejemplo, el Primer Ministro de Groenlandia, Jens-Frederik Nielsen, prometió oponerse a “cualquier intento de Estados Unidos de apoderarse del territorio danés”.
La postura de Nielsen responde a las recientes advertencias de Trump sobre una posible brecha de seguridad internacional en el territorio danés. El líder estadounidense afirmó que existe una activa presencia de buques chinos y rusos en zonas aledañas a Groenlandia.
Sobre Groenlandia: la postura del Instituto y el Consejo Ártico
El Instituto Ártico y el Consejo Ártico han sido dos de los mayores detractores de las ideas expansionistas de Trump. Desde el Consejo afirmaron que el organismo enfrenta desafíos sin precedentes debido a las presiones de Rusia y Estados Unidos sobre el territorio. De manera similar, el Instituto considera que Groenlandia no debería ser de interés para países como los mencionados.
El Consejo Ártico, que ahora está en manos de Dinamarca, Groenlandia y las Islas Feroe, confirmó que no se limitará únicamente a “sobrevivir”. El organismo destacó que las ambiciones de Donald Trump de apoderarse de Groenlandia crean desafíos políticos para su trabajo, pero que hará lo posible para mantener el diálogo entre sus miembros y evitar que las tensiones entre Rusia y Estados Unidos afecten su funcionamiento.

Por su parte, el Instituto, cuestiona tanto la supuesta centralidad geoestratégica de Groenlandia como su potencial económico, principales argumentos de Trump. En un reciente informe, la organización destacó que, si lo que se busca es una vía de navegación ártica eficiente entre Europa y Asia, Groenlandia está lejos de ser relevante. En cuanto a los recursos naturales, aunque Groenlandia posee reservas de minerales, la institución subraya que su explotación no solo resulta más costosa en comparación con otras regiones, sino que también ha generado resistencia entre la población local.
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