El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, dejó abierta la posibilidad de una reconciliación con el empresario Elon Musk, con quien protagonizó una disputa pública a principios de mayo. En una entrevista concedida a la columnista Miranda Devine del New York Post, Trump afirmó que no guarda rencor y que, aunque está “un poco decepcionado”, valora el gesto de disculpas expresado por el CEO de Tesla.

Si bien reconoció que le sorprendió la postura de Musk sobre su propuesta de presupuesto, el presidente minimizó el enfrentamiento al señalar que no fue personal: “Me sorprendió mucho que eso sucediera. Se enfrentó a un proyecto de ley fenomenal… creo que se siente muy mal por haber dicho eso”.
Las declaraciones se dieron a conocer el mismo día en que Musk publicó un mensaje en su red social X, en el que ofreció disculpas directas a Trump: “Lamento algunas de mis publicaciones sobre el presidente Donald Trump de la semana pasada. Fueron demasiado lejos”.
Un vínculo cambiante marcado por intereses políticos y comerciales
La relación entre Trump y Musk ha pasado de la cooperación cercana a las fricciones públicas. Musk apoyó con unos 275 millones de dólares la campaña presidencial del republicano y llegó incluso a esperar los resultados electorales en la mansión Mar-a-Lago. Durante el inicio de la actual administración, el empresario asumió formalmente el cargo de director del Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE), del cual se retiró oficialmente el 30 de mayo.
El conflicto estalló cuando Musk calificó de “abominación repugnante” el proyecto presupuestario impulsado por la Casa Blanca, al considerar que perjudicaba a la industria de vehículos eléctricos. Trump, por su parte, respondió con dureza, acusando a Musk de estar molesto por la eliminación de subsidios federales a ese sector, lo que afectaría directamente a Tesla.

Gestos de distensión tras semanas de confrontación
Ante la publicación de las disculpas, The New York Post volvió a consultar al presidente sobre su reacción: “Pensé que fue muy agradable que hiciera eso”, afirmó Trump, dando a entender que acepta la disculpa de Musk, aunque sin confirmar si el vínculo entre ambos volverá a ser el mismo que antes del quiebre.

La disputa entre ambos figuras públicas refleja la intersección cada vez más compleja entre poder político, intereses empresariales y narrativas mediáticas en Estados Unidos. En un contexto electoral cargado de tensiones, la relación entre Trump y Musk podría seguir oscilando entre la colaboración táctica y el enfrentamiento personal.
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