Rusia dio a conocer el posible el fin de su moratoria unilateral sobre el despliegue de misiles de alcance intermedio y corto, argumentando que las “nuevas y agudas amenazas” provenientes de Occidente obligan a Moscú a revisar su postura. Según declaró el viceministro de Asuntos Exteriores, Serguéi Riabkov, la decisión responde a la falta de reciprocidad por parte de EE.UU. y sus aliados, quienes, afirmó, no contemplaron la moderación mostrada por el Kremlin en la era posterior al Tratado sobre Fuerzas Nucleares de Alcance Intermedio (INF).
Moscú justifica su decisión por la falta de reciprocidad occidental y el aumento de amenazas en el contexto posterior al INF
El viceministro Riabkov, anunció que la moratoria unilateral que su país mantenía sobre el despliegue de misiles de alcance intermedio y corto está llegando a su fin. Según explicó, esta decisión responde a la inacción y falta de reciprocidad por parte de Washington y sus aliados, quienes, desde la disolución del Tratado INF en 2019, no han demostrado intención alguna de frenar el desarrollo o posicionamiento de este tipo de armamento.

El funcionario ruso advirtió que Moscú ya no puede ignorar estas “nuevas amenazas” con misiles, y señaló que los avances de EE.UU. en este ámbito se han intensificado bajo la presidencia de Donald Trump. Riabkov remarcó que los pasos concretos emprendidos por el ejército estadounidense convencen al Kremlin de que la carrera armamentista en esta categoría continuará acelerándose, motivo por el cual Rusia se reserva ahora el derecho de responder militarmente, según lo determinen su liderazgo político y estratégico.
Nuevas capacidades misilísticas elevan la tensión en Europa
La decisión de Moscú de poner fin a su moratoria coincide con un contexto de creciente ambigüedad estratégica. En noviembre de 2024, Rusia adoptó una nueva doctrina nuclear que contempla la posibilidad de lanzar armas nucleares en respuesta a ataques convencionales contra su territorio, si estos provienen de Estados no nucleares respaldados por potencias nucleares. Según la Campaña Internacional para Abolir las Armas Nucleares (ICAN), esta postura erosiona la distinción entre guerra convencional y nuclear, y aumenta el riesgo de una escalada malinterpretada.

El 21 de noviembre de 2024, solo dos días después de la entrada en vigor de esta doctrina, Rusia lanzó un misil balístico de alcance intermedio contra la ciudad ucraniana de Dnipro, en lo que el propio presidente Putin calificó como una respuesta a los planes de EE.UU. de producir y desplegar misiles de alcance similar. Aunque el proyectil no llevaba una cabeza nuclear y el Pentágono fue notificado previamente mediante canales de reducción de riesgos nucleares, el hecho evidenció la fragilidad de los equilibrios estratégicos.
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