Reportes revelan que, además de los enfrentamientos militares, ataques cibernéticos de Pakistán hacia India, apoyados por China, tuvieron lugar en el marco del reciente conflicto entre Nueva Delhi e Islamabad. Piratas informáticos respaldados por el Estado y hacktivistas de Pakistán, Bangladesh, Medio Oriente e Indonesia, con apoyo de China, habrían atacado sistemas digitales de la India. Entre los objetivos descritos, están empresas públicas de defensa; infraestructuras críticas como puertos, aeropuertos, y redes eléctricas; y plataformas financieras, billeteras digitales, y bolsas de valores.
Ataque masivo a sitios web hindúes pone foco en nuevos frentes de la guerra cibernética
El medio The Times of India señaló siete grupos como perpetradores de los ataques. Estas organizaciones fueron identificadas como APT 36 (con base en Pakistán), Pakistan Cyber Force, Team Insane PK, Mysterious Bangladesh, Indo Hacks Sec, Cyber Group HOAX 1337 y National Cyber Crew (aliado de Pakistán). Actuando de manera coordinada, estos siete grupos habrían lanzado aproximadamente 1,5 millones de ciberataques dirigidos contra infraestructuras hindúes.

Entre los 150 ataques exitosos, se destaca la alteración del sitio web del Consejo Municipal de Kulgaon Badlapur. Además, los atacantes afirmaron haber robado datos del Aeropuerto Internacional Chhatrapati Shivaji Maharaj y de empresas de telecomunicaciones, algunos de los cuales habrían sido publicados en la darknet. También fue alterado el sitio web del Colegio de Enfermería de Defensa en Jalandhar.
¿Apoyó China a Pakistán en el conflicto?
Pakistán afirmó haber derribado varios cazas de la Fuerza Aérea hindú utilizando misiles de fabricación china lanzados desde aviones J-10C, también de origen chino. El ministro de Asuntos Exteriores, Ishaq Dar, declaró ante el parlamento que los cazas operados por Pakistán habrían derribado aviones Rafale de fabricación francesa, pertenecientes a la India.

De confirmarse, esta sería la primera vez que los J-10C chinos y sus misiles PL-15 se emplean en un combate real, lo que ofrece a los analistas militares una oportunidad inédita para evaluar su desempeño operativo. Además, representa un caso de estudio clave para el Ejército Popular de Liberación de China, en términos de validación de sus capacidades armamentísticas en un escenario bélico.
Si bien los cazas J-10, de acuerdo a todos los informes, superaron las expectativas en el campo de combate, el sistema de defensa HQ-9 de fabricación china utilizado por Pakistán evidenció debilidades. Estas fallas permitieron que los misiles franceses SCALP de largo alcance, empleados por India, lograran detectar y atacar objetivos tras haber penetrado las defensas aéreas pakistaníes.
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