En el marco del conflicto bélico que mantiene Ucrania con Rusia desde febrero de 2022, ya en su tercer año de duración, las Fuerzas Armadas ucranianas han intensificado sus esfuerzos para incorporar personal extranjero a través de convocatorias públicas y abiertas. Algunas de estas ofertas, como las publicadas en portales de empleo accesibles desde Argentina, apuntan específicamente a personas con experiencia o perfil militar. San Justo, en el partido bonaerense de La Matanza, figura como uno de los puntos donde esta oferta ha circulado con mayor visibilidad.
La convocatoria se realiza bajo el amparo de la Legión Internacional de Defensa Territorial de Ucrania, una unidad oficial creada por el gobierno ucraniano en los primeros días de la guerra. Esta fuerza está conformada exclusivamente por combatientes extranjeros voluntarios y funciona bajo la estructura del Ministerio de Defensa ucraniano. Su propósito principal es reforzar las capacidades defensivas del país con apoyo externo, canalizando el interés internacional a través de una vía legal y estructurada.

Diversidad de roles
El reclutamiento no se limita a funciones de combate directo. Los cargos publicados incluyen operadores de drones, personal de artillería, médicos de campaña, exploradores, apuntadores y otros perfiles tácticos. A quienes se postulan se les ofrece un contrato oficial de tres años y un mes de entrenamiento intensivo en terreno, junto con una etapa de prueba de dos meses.
Los contratos ofrecidos son por tres años, con posibilidad de baja a los seis meses, y contemplan un mes de entrenamiento con instructores profesionales. El rango salarial publicado oscila entre 1.100 y 2.800 dólares mensuales, dependiendo del rol y la ubicación en el frente. Además, se agrega un bono de 1.670 dólares extra por cada 30 días en zona de combate.
La inscripción se gestiona a través del sitio oficial de la Legión Internacional, mediante un formulario online bajo el lema “Defiende la libertad de Ucrania, Europa y el mundo”, enmarcando su rol en el conflicto como parte de una estrategia de defensa ampliada.

Un contexto regional y global complejo
La publicación de estos anuncios coincide con una etapa crítica del conflicto, que aunque continúa con hostilidades activas, también se encuentra atravesado por distintos intentos diplomáticos de negociación entre las partes. Mientras persisten combates en las regiones del este ucraniano, se han intensificado los contactos internacionales orientados a definir marcos para una eventual resolución del conflicto. En este escenario híbrido, la demanda de personal para roles operativos —incluidos extranjeros— se mantiene como una prioridad para el alto mando ucraniano.
Más allá del carácter voluntario y legal de esta convocatoria, el hecho de que ciudadanos argentinos estén siendo destinatarios de este tipo de llamados expone un punto de tensión en la política de defensa nacional. Particularmente, en lo relativo a la situación salarial del personal militar argentino.
A pesar de recientes incrementos dispuestos por el Ministerio de Defensa en marzo de este año, ta como expone Zona Militar, las Fuerzas Armadas continúan rezagadas en materia de haberes. Esto ha generado reiterados reclamos internos. El ministro Luis Petri ha instruido a su equipo técnico a buscar mecanismos de equiparación, pero hasta el momento no se han implementado medidas que logren revertir el malestar estructural.
Este contraste se vuelve más notorio al compararse con ofertas extranjeras como las de Ucrania, donde un militar voluntario puede recibir cifras que triplican los ingresos de un soldado argentino en actividad.
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Mientras Ucrania intenta resistir la embestida rusa en una guerra implacable que ya lleva más de tres años, sus Fuerzas Armadas han comenzado a difundir ofertas de reclutamiento en distintos puntos del mundo, incluida Argentina. En portales de empleo accesibles desde Buenos Aires y el conurbano, como La Matanza, se ofrecen puestos para operadores de drones, artilleros, médicos de campaña y combatientes voluntarios. La propuesta parece tentadora: contratos en dólares, bonos por zona de combate, entrenamiento militar y un marco legal bajo la “Legión Internacional”.
Pero no nos confundamos: no es una oportunidad laboral, es una guerra. Y no cualquier guerra: es un conflicto de alta intensidad, con características industriales, donde el nivel de letalidad es brutal y el margen de error, inexistente.
Las cifras pueden seducir —entre 1.100 y 2.800 dólares por mes, más 1.670 de bono cada 30 días bajo fuego— pero ningún salario vale una amputación, una explosión en el rostro, la desmembración de un compañero o el regreso en una bolsa negra. Quienes aceptan estos contratos, en muchos casos, son arrojados al frente con apenas semanas de instrucción, en condiciones tácticas y logísticas precarias, y muchas veces con barreras idiomáticas insalvables. En esos entornos, los latinoamericanos son utilizados como vanguardia descartable, como fuerza de choque donde nadie quiere estar.
La guerra en Ucrania no es romántica. No es una causa noble ni una “aventura épica”. Es una guerra sucia, cruda, agotadora, con trincheras congeladas, drones kamikazes, minas por doquier y artillería pesada las 24 horas. Es un campo de batalla donde el ser humano vale menos que un dron turco Bayraktar, y donde los acuerdos diplomáticos se discuten mientras miles mueren por metros de tierra embarrada.
Además, existe un punto que como argentinos no podemos pasar por alto: la dignidad militar nacional está en crisis, y eso explica por qué algunos compatriotas incluso consideran esta opción. Mientras un soldado argentino percibe salarios muy por debajo de la línea de pobreza, el extranjero ofrece el triple… con riesgo de muerte asegurado.
Pero la salida no puede ser emigrar a morir por causas ajenas. Un veterano no se forma solo con tiros: se forma con sentido de pertenencia, misión y servicio a la Patria. Aceptar estos contratos nos convierte en mercenarios desechables para intereses que no son los nuestros. Nos convierte en herramientas baratas de una guerra ajena, y eso no es ni justo, ni digno, ni patriótico.
Argentina necesita repensar el valor que le asigna a su personal militar. No podemos permitir que nuestros soldados, entrenados y con vocación de servicio, sean captados por ofertas extranjeras simplemente porque el Estado les da la espalda.
No se trata de impedir el reclutamiento: se trata de que nadie lo necesite.
Comparto completamente tu opinión 👏🏽👏🏽
Me parece un buen argumento aunque también tiene lógica, nadie quiere morir por una guerra ajena, y mucho menos ser como mercenario
Buenos días, espero que mis compatriotas no se una en esta cruzada, ante cualquier conflicto armado nos vamos a quedar sin reservas, viendo que los ingleses están trayendo más tropas a nuestras islas Malvinas.
1100 a 2800 dolares eso es ir a morir gratis jajaja me tenes que dar porlomenos 5000 dolares o mas jaja
Que los rambos vende patria sea vayan a luchar a ucrania poe su cuenta. No quedaran muchos y muchos vokveran sin alguna parte. Que el estado no auspicie a nadie q luche por otra patria.
Esto es una. Verguenza….combatir por la OTAN.. ?…son los que mataron nuestros vgm en malvinas…que tienen en la cabeza?…
Yo les aconsejo a los militares de nuestro país que no vayan a Ucrania , que Ucrania resuelva su problema xq cuando nosotros tuvimos el conflicto bélico Ucrania hizo la vista gorda a Argentina 🇦🇷 de igual manera hay muchos soldados colombianos que ya an muerto de voluntarios en el frente de Ucrania, yo soy sub teniente de reserva y no voy ni aunque me paguen el precio de la deuda que sacó Macri ni Miley, Ucrania es un país que traicionó a sus hijos …..
que clase de voluntariado se ofrece con un contrato y sueldo?
eso no es ir de voluntario, lo que buscan son mercenarios… las cosas como son.
Donde están los puntos de inscripciones..