El diplomático argentino Rafael Grossi, actual director general del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), ha manifestado recientemente su intención de postularse al cargo de secretario general de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), cuya vacante se abrirá en 2026.

Desde su nombramiento como director general del OIEA en 2019, Grossi enfrentó una serie de desafíos clave en el ámbito nuclear. Su gestión resultó importante en la supervisión de la central nuclear de Zaporiyia, en Ucrania, ocupada por fuerzas rusas desde marzo de 2022. Bajo su liderazgo, el OIEA viene manteniendo una presencia constante en la planta, trabajando para prevenir una catástrofe nuclear en medio del conflicto.
Además de Grossi, se barajan otros nombres importantes en la ONU
La elección del próximo secretario general de la ONU, prevista para enero de 2027, comenzó a generar interés en la comunidad internacional. Además de Grossi, otros nombres surgieron como posibles candidatos, entre ellos el de la expresidenta de Chile, Michelle Bachelet.

Bachelet ya fue mencionada en diversas ocasiones como una potencial aspirante al cargo, reflejando una tendencia en la ONU que busca una mayor representación femenina en puestos de liderazgo global. Lo cierto es que la anticipación en la discusión sobre los posibles sucesores de António Guterres subraya la importancia del rol del secretario general en la configuración de la agenda internacional.
El proceso de selección es meticuloso y requiere un alto grado de eficiencia, competencia e integridad por parte de los candidatos, además de un firme compromiso con los propósitos y principios de la Carta de las Naciones Unidas.
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