Imágenes satelitales que circularon en redes sociales chinas en los últimos días ubicaron a dos de los portaaviones de la Armada del EPL en el mismo punto logístico: el Fujian —el más nuevo y avanzado— y el Liaoning, el primero en operar como plataforma aeronaval para Pekín. La coincidencia habría ocurrido en la base naval de Qingdao, sobre el mar Amarillo, y reactivó la lectura de que China podría estar preparando un ejercicio con doble portaaviones en el corto plazo.

En paralelo a esas imágenes, se difundió una notificación de autoridades de seguridad marítima en Dalian que anunció una actividad militar en el estrecho de Bohai y el norte del mar Amarillo, con prohibición de ingreso para buques civiles durante una semana desde la tarde del domingo. La zona es sensible por ubicación y función: Dalian custodia el acceso al Bohai y se asocia a un nodo naval e industrial clave para la planificación y el sostenimiento de operaciones.
El portaaviones Fujian y su tránsito por el estrecho de Taiwán
El movimiento del Fujian venía siendo seguido con atención desde su tránsito reciente por el Estrecho de Taiwán, reportado por el Ministerio de Defensa taiwanés. De acuerdo con esa versión, el buque cruzó la vía marítima sin señales de una operación aeronaval visible, y las imágenes divulgadas por Taipéi mostraron la cubierta sin aeronaves embarcadas, un detalle que suele interpretarse como tránsito o reposicionamiento más que como despliegue completo.

En términos de capacidades, el Fujian representa el salto cualitativo que China venía buscando: incorpora catapultas electromagnéticas, una tecnología que permite lanzar aeronaves con mayor carga útil y ritmo de salidas, acercando su perfil al estándar de portaaviones de nueva generación. Su incorporación es especialmente relevante porque complementa a plataformas previas con distinta “escuela” operativa, como el Liaoning, cuyo valor reside en su experiencia acumulada y en la madurez de procedimientos de cubierta, logística y coordinación de ala aérea.
En lecturas difundidas por la prensa asiática, amarrar ambos portaaviones en el mismo punto podría responder a necesidades de intercambio técnico y estandarización de rutinas entre dotaciones, un paso previo lógico antes de operar en conjunto en un área de exclusión temporal para la navegación civil.
La actividad de portaaviones chinos viene siendo monitoreada de cerca por vecinos como Japón y Taiwán, sobre todo cuando los despliegues se aproximan a corredores estratégicos y archipiélagos clave del Indo-Pacífico. En ese marco, cada aviso de ejercicios o zonas restringidas tiende a leerse como parte de una secuencia mayor de entrenamiento de “mar lejano” y proyección naval sostenida, más allá del evento puntual.
Te puede interesar: El nuevo portaaviones Fujian de la Armada de China transitó el Estrecho de Taiwán













