La última Estrategia de Seguridad Nacional de Estados Unidos fue vista desde China como una oportunidad. El documento, que despliega las prioridades estratégicas de Washington D.C., coloca a la potencia asiática en una posición de igualdad que desde Pekín consideran de “estancamiento estratégico”, y también contiene puntos sensibles para aliados tradicionales que pueden ser explotados por el Partido Comunista Chino en su esfuerzo de sumar apoyos de la comunidad internacional.

La línea matriz de la nueva estrategia, que propone un alejamiento del rol de “gendarme del mundo” asumido en la posguerra y un repliegue sobre el propio hemisferio, es recibida con confianza desde China, que interpreta en este viraje un reconocimiento de su propia importancia. Así lo consideró Wang Wen, decano ejecutivo del Instituto Chongyang de Estudios Financieros de la Universidad Renmin de China, para quien luego de fallar en “cuatro ofensivas sucesivas” -militar, ideológica, económica y la guerra comercial- la administración Trump se ve forzada a buscar el “estancamiento estratégico” de China.
Esto incluye focalizar los recursos en determinadas debilidades o flaquezas del modelo chino, como el bloqueo ordenado por Estados Unidos a la exportación de chips de IA a este país. Este viraje en la consideración sobre China también es relevado por el Centro de Investigación para el Desarrollo del Consejo de Estado, que considera que la nueva Estrategia de Seguridad Nacional coloca a Pekín en una posición de competidor “cercano a un par”.

China ve oportunidades en distanciamiento de Estados Unidos con sus aliados
Aunque China es el país más nombrado en la Estrategia de Seguridad Nacional, el alejamiento que el documento realiza sobre las posturas históricas de Estados Unidos también sensibilizó a sus aliados, otra oportunidad que ve China a la hora de llenar los espacios que Trump deja en su mirada al interior de las fronteras norteamericanas.
La agencia estatal de noticias Xinhua sostuvo que la mención a un “corolario Trump” para la Doctrina Monroe -que proclama el interés de Estados Unidos en las cuestiones asociadas al hemisferio occidental- como una “altiva” declaración del “derecho a intervenir” en el continente sudamericano. Por otro lado, el medio chino también calificó la caracterización del “riesgo de desaparición civilizatoria” que la estrategia asigna a Europa por sus políticas migratorias como una retórica “extremadamente combativa”.

La contundencia de los términos con los que la administración Trump se refirió a sus aliados abren así un espacio para que China fracture las alianzas de Washington con sus aliados. Esta posibilidad es especialmente destacable en Asia, donde los pedidos de aumento en el presupuesto militar a Japón y Corea del Sur, muestran una dinámica desbalanceada, donde Estados Unidos solicita “tarifas de protección”, a la vez que practica un retroceso militar hacia su hemisferio. Según aseguran desde los Institutos Chinos de Relaciones Internacionales Contemporáneas, asociados al Ministerio de Seguridad Estatal, esto “provee una oportunidad para la República Popular China de estabilizar su periferia a través de medios económicos mientras la credibilidad de Estados Unidos se erosiona”.
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