El presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski, afirmó que Rusia no es nada sin el apoyo de China, en uno de los pasajes más encendidos de su discurso ante la Asamblea General de la ONU (Organización de las Naciones Unidas).
“China también está representada aquí [en el Comité de Seguridad de la ONU]. Una nación poderosa de la que Rusia depende por completo”, llamó al país oriental, uno de los principales sostenes económicos y políticos de Moscú, mientras la guerra en Ucrania ya lleva más de tres años.
“Si China realmente quisiera parar la guerra, podría exhortar a Moscú a terminar la invasión”, aventuró el mandatario, para quien “la Rusia de Putin no es nada sin China“. Sin embargo, acusó a la potencia mundial de jugar su propio juego en el escenario geopolítico global: “Muy seguido, China se queda callada en lugar de mostrarse activa por la paz”.

De esta manera, se encontró coincidiendo con Donald Trump, quien en su intervención previa ante el foro multilateral había asegurado que “China e India son los principales financistas de la guerra en Ucrania, por continuar con la compra de petróleo ruso”, algo de lo que también acusó a sus aliados de la Unión Europea.
Zelenski, quien ha tenido no pocos cortocircuitos con la administración republicana respecto a su enfoque para encarar las negociaciones de paz, le dio su apoyo explícito al mandatario norteamericano: “Comparto con el presidente Trump. Realmente no sentimos su influencia porque no vemos deseos de China de terminar esta guerra. No están interesados, realmente, y no sé por qué”.

El apoyo moral y económico de China a Rusia en Ucrania
El lugar de China en el conflicto de Ucrania ha intentado mostrarse equidistante, aunque existen pruebas de un apoyo a Rusia que va más allá de lo moral para abarcar también lo económico.
Más allá de mantener su aprovisionamiento de recursos naturales de Rusia, también se comprobó que China exportó materiales al país euroasiático que fueron destinados a impulsar su programa local de fabricación de drones, uno de los armamentos de vanguardia que este conflicto parece haber desplegado.

Según una investigación exclusiva de Reuters, Beijing estaría enviando motores de fabricación china a Rusia disfrazados como “unidades de refrigeración industrial”, entre otros componentes enmascarados para evitar las sanciones impuestas por Estados Unidos y la Unión Europea. Los componentes, fundamentales para la producción del dron de ataque ruso Garpiya-A1, son enviados a través de empresas intermediarias y utilizados por la empresa estatal IEMZ Kupol, sancionada desde 2022 por su rol en el complejo militar-industrial ruso.
De acuerdo con documentos aduaneros, facturas y correspondencia interna obtenidos por Reuters, los motores L550E fabricados por Xiamen Limbach Aviation Engine Co. están siendo suministrados ahora por una firma de fachada llamada Beijing Xichao International Technology and Trade. Estas piezas son clave para la producción masiva de los Garpiya, una aeronave no tripulada de largo alcance que Moscú emplea para atacar objetivos civiles y militares en el interior del territorio ucraniano.
Por eso, debajo de las invitaciones al diálogo y búsqueda por la paz que ha emitido la diplomacia china, Zelenski vio la necesidad de exponer la cooperación de este país con Rusia, una de las bazas con las que cuenta Moscú para sustentar su invasión de Ucrania.












