El gobierno de Afganistán sostuvo en Kabul una serie de encuentros con enviados de EE.UU. en los que se abordaron posibles inversiones, la situación de ciudadanos detenidos y un eventual intercambio de prisioneros. Esto último representa para los talibanes un paso hacia la normalización de los vínculos bilaterales tras años de tensiones, aislamiento y denuncias internacionales por violaciones a los derechos humanos. Si bien no se han emitido declaraciones formales desde la misión de EE.UU. en Afganistán, trascendió que el enviado especial de Washington para asuntos de rehenes habría accedido a un próximo intercambio de prisioneros.
Afganistán y EE.UU. avanzan en conversaciones sobre prisioneros y normalización
Los talibanes afirmaron que alcanzaron un acuerdo preliminar con la delegación estadounidense, encabezada por Adam Boehler, enviado especial de Trump para asuntos de rehenes, y el ex negociador Zalmay Khalilzad. El objetivo final de las reuniones consistió en concretar un intercambio de prisioneros, aunque desde Washington no hubo confirmación oficial, y el secretario de Estado Marco Rubio aclaró que cualquier decisión final dependerá de la Casa Blanca.

El viceprimer ministro afgano, Abdul Ghani Baradar, aseguró que el intercambio forma parte de un diálogo más amplio sobre los ciudadanos privados de libertad en ambos países. En paralelo, voceros de los talibanes difundieron fotografías del encuentro en Kabul para mostrar que la conversación también incluyó temas vinculados a la cooperación política y la posibilidad de abrir un nuevo capítulo en la relación bilateral. De llevarse adelante, la operación sería un paso significativo para Afganistán, y una victoria diplomática para la Casa Blanca.
Normalización de Afganistán con EE.UU. incluye propuestas de inversión y cooperación
El Ministerio de Relaciones Exteriores afgano detalló que las conversaciones también giraron en torno a la atracción de inversiones y la cooperación en proyectos de reconstrucción. El aspecto económico es algo que los talibanes consideran clave para consolidar su control interno frente a una economía devastada por el aislamiento internacional, la pobreza estructural y los efectos de catástrofes naturales como el reciente terremoto en Kunar que dejó más de 2.000 muertos.

Las imágenes difundidas por la cancillería afgana mostraron a sus representantes reunidos con diplomáticos estadounidenses para discutir no solo la cuestión humanitaria y la liberación de detenidos, sino también mecanismos de financiamiento y oportunidades de colaboración. En Kabul, este punto de contacto fue interpretado como un reconocimiento implícito de su autoridad, aunque Washington insiste en que todavía no otorga legitimidad formal al gobierno instalado tras la caída del régimen respaldado por Occidente en 2021.
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