Brasil y China firmaron este pasado lunes un acuerdo para impulsar la construcción de un corredor ferroviario que partirá desde el estado de Bahía y atravesará el centro-oeste y el norte del país hasta llegar al puerto de Chancay, en la costa pacífica de Perú. Esta nueva ruta tiene como objetivo facilitar las exportaciones brasileñas al mercado asiático, principalmente a China, al reducir drásticamente los tiempos y costos logísticos.

El memorando de entendimiento fue firmado por Infra SA, empresa vinculada al Ministerio de Transporte de Brasil, y el Instituto de Ferrocarriles de China. La ceremonia se realizó de forma virtual, con la participación de autoridades brasileñas en Brasilia y representantes chinos por videoconferencia. Según lo estipulado, el corredor ferroviario recorrerá los estados de Bahía, Goiás, Mato Grosso, Rondônia y Acre, antes de cruzar la cordillera andina y alcanzar el litoral peruano.
El puerto de Chancay, una puerta estratégica para el gigante asiático en América Latina
El destino final de esta conexión terrestre será el puerto de Chancay, una infraestructura estratégica para China en América Latina. Inaugurado en 2024 por el presidente Xi Jinping y financiado mayoritariamente por empresas chinas como COSCO Shipping, Chancay es considerado un eje clave en la expansión de la Nueva Ruta de la Seda en el hemisferio occidental. Si bien Brasil no adhirió formalmente a la iniciativa, este proyecto marca una integración indirecta a la visión geopolítica de conectividad impulsada por Pekín.
El acuerdo de Brasil y China trae múltiples beneficios
Desde una perspectiva logística, los beneficios son considerables. El Gobierno peruano estima que el tiempo de transporte de mercancías brasileñas hacia Asia podría reducirse de 40 a 28 días, generando ahorros sustanciales y mejorando la competitividad del agro, la minería y la industria brasileña en el comercio con China y otros mercados asiáticos. Actualmente, la mayor parte del comercio exterior brasileño hacia Asia debe pasar por el canal de Panamá o rodear el continente sudamericano.

El acuerdo también contempla la realización de estudios técnicos y ambientales conjuntos, con énfasis en la intermodalidad —es decir, la conexión entre trenes, carreteras y vías fluviales— y la sostenibilidad. Según fuentes del Ministerio de Transporte brasileño, se busca garantizar una planificación que minimice el impacto ecológico en regiones sensibles de la Amazonía y el Cerrado.
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