El Comando Indo-Pacífico de EE.UU. incorporará inteligencia artificial a sus juegos de guerra por primera vez en respuesta al aumento de las tensiones con China en la región. Durante la segunda fase del ejercicio anual Pacific Sentry, se emplearán herramientas basadas en IA para simular escenarios de conflicto, analizar respuestas tácticas y mejorar la toma de decisiones en entornos de alta complejidad. Esta innovación, enmarcada en el proyecto Thunderforge, desarrollado junto al Pentágono y empresas tecnológicas como Microsoft y Anduril, busca preparar mejor a las fuerzas estadounidenses ante eventuales enfrentamientos en el Indo-Pacífico
Uso de inteligencia militar para operaciones militar en el Pacífico se convierte en prioridad en el marco de las tensiones con China
La incorporación de inteligencia artificial en las operaciones militares del Indo-Pacífico se ha convertido en una prioridad estratégica para EE.UU. Según el almirante Samuel Paparo, comandante del Comando Indo-Pacífico, la ventaja en un conflicto futuro con China dependerá en gran medida de qué país logre aplicar modelos de IA “más rápidos, mejores y de forma más extensa en toda la fuerza”. Las extensas distancias geográficas del Pacífico exigen una toma de decisiones más ágil, por lo que el uso de IA no solo fortalece las capacidades defensivas, sino que también es clave para preservar la disuasión y asegurar una respuesta creíble y efectiva ante una potencial agresión.

Mientras tanto, Pekín avanza aceleradamente en el desarrollo de su infraestructura tecnológica militar. Un informe conjunto de Strider Technologies y el Special Competitive Studies Project señala que el país ya cuenta con 106 centros de datos operativos dedicados a inteligencia artificial y planea construir más de 100 adicionales. Estas capacidades están siendo adaptadas para fines de seguridad, incluyendo sistemas de simulación de combate y asistencia en la toma de decisiones militares.
El Pentágono entra en la fase dos de la inteligencia artificial militar con modelos generativos en tareas críticas
Según un reciente informe del MIT Technology Review, el Departamento de Defensa de EE.UU. ha entrado en la llamada “fase dos” de su estrategia de inteligencia artificial, marcada por la integración de modelos generativos en operaciones militares sensibles. A diferencia de los desarrollos iniciales, centrados en el reconocimiento de imágenes y análisis de datos básicos (como el Proyecto Maven en 2017), esta nueva etapa contempla el uso de interfaces similares a ChatGPT para procesar inteligencia en tiempo real, generar evaluaciones tácticas e incluso sugerir posibles blancos de ataque.

Durante ejercicios en el Pacífico, unidades de los Marines ya pusieron en práctica estas herramientas para identificar amenazas, consolidando la IA como actor clave en el proceso decisional militar. Sin embargo, este avance ha generado un intenso debate sobre los riesgos de delegar tareas críticas a sistemas que, si bien eficientes, operan con niveles de complejidad difíciles de auditar por humanos. El principio de “humano en el bucle”, pensado como salvaguarda frente a errores o acciones indeseadas, podría volverse insuficiente ante la cantidad de datos procesados por estos sistemas.
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