Una flota de cinco buques de guerra chinos fue detectada transitando por el estrecho de Miyako, al suroeste del archipiélago japonés, rumbo al mar de Filipinas. La maniobra, encabezada por el buque de asalto anfibio tipo 075, fue informada por la Oficina del Estado Mayor Conjunto del Ministerio de Defensa japonés, y se da en un contexto de creciente presencia militar china más allá de la denominada “primera cadena de islas”, eje estratégico de contención marítima promovido por Washington.
La escuadra interceptada estaba compuesta por el Anhui, el destructor Suzhou de tipo 052D, las fragatas Zhoushan y Xuzhou de tipo 054A, y el buque de desembarco Longhushan de tipo 071. Todos los navíos fueron identificados por sus respectivos números de casco, y representan plataformas clave en las operaciones de proyección de poder terrestre y aéreo del Ejército Popular de Liberación (EPL).

Expansión naval china y desafío a la hegemonía estadounidense
La actividad naval china en aguas cercanas a Japón y Taiwán no es nueva, pero su regularidad y sofisticación marcan una tendencia preocupante. Según imágenes satelitales captadas el domingo 18 de mayo, tres buques de guerra chinos —incluyendo un tipo 075, un tipo 071 y una fragata tipo 054A— se encontraban operando a 229 millas náuticas al este del extremo sur de Taiwán. Aunque no se ha confirmado si se trata de los mismos buques que atravesaron el estrecho de Miyako, esta sería la segunda vez en 2025 que el Anhui opera simultáneamente en las inmediaciones de Japón y Taiwán.
La doctrina naval china apuesta por ampliar su influencia más allá de sus aguas jurisdiccionales, desafiando abiertamente el dispositivo geoestratégico estadounidense en la región. Este dispositivo —formado por aliados como Japón, Taiwán y Filipinas— busca limitar la expansión del EPL mediante una red de alianzas y despliegues navales en la región del Indo-Pacífico.

China cuenta con la marina más numerosa del mundo en términos de unidades, superando los 370 buques, incluidos tres portaaeronaves tipo 075. Estos navíos están diseñados para operaciones anfibias en escenarios de alta intensidad, como un eventual desembarco en Taiwán.
Contexto estratégico y normativo
Pese a la tensión, Japón no reportó violaciones a sus aguas territoriales. Sin embargo, la maniobra se realizó dentro de la zona económica exclusiva japonesa, que se proyecta hasta 200 millas náuticas y donde las actividades militares extranjeras sin notificación previa suelen generar fricciones diplomáticas.
El libro blanco de defensa de Japón de 2024 ya advertía sobre esta tendencia: “China ha venido aumentando rápidamente sus capacidades militares, intensificando sus actividades en el mar de la China Oriental y el Pacífico”. En contrapartida, el Ministerio de Defensa chino ha denunciado que Japón “interfiere continuamente en las operaciones de sus buques y aeronaves”, generando “problemas de seguridad marítima y aérea”.
Desde el Pentágono, el informe anual sobre el poder militar chino reconoce que la capacidad del EPL para operar más allá de la primera cadena de islas “es aún limitada, pero está creciendo a medida que adquiere plataformas más modernas y experiencia en aguas lejanas”.
Perspectivas: ¿ensayo de operaciones alrededor de Taiwán?
Aunque no se ha confirmado la participación de la flotilla en ejercicios militares formales, su despliegue se enmarca en una serie de maniobras recientes del EPL en las inmediaciones de Taiwán, autogobernada desde 1949 pero considerada por Beijing como parte inalienable de su territorio.
Una crisis en el estrecho de Taiwán no solo pondría en juego la estabilidad regional, sino que involucraría directamente a aliados estadounidenses como Japón y Filipinas, conforme a los pactos de defensa mutua vigentes.
La creciente presencia naval china en zonas estratégicas del Pacífico Occidental refuerza una dinámica de competencia directa entre Beijing y Washington por el control de las rutas marítimas y la proyección de poder regional, en un tablero cada vez más militarizado.
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