Una encuesta elaborada por la organización Nira Data concluyó interesantes resultados sobre la imagen internacional de EE.UU. y China. El estudio “Índice de Percepción de la Democracia” fue llevado adelante en casi 100 países, y reveló que en más de tres cuartas partes de los países encuestados, la percepción de China supera a la de EE.UU. La encuesta establece relaciones directas entre el grado de cercanía de los países encuestados con respecto a Pekín y Washington, y su posterior elección, además de demostrar la actual popularidad de estos dos países a nivel global.
El mundo se inclina por China
Los datos arrojados por la investigación de Nira Data indican que la mayoría de los países tienen una visión más favorable de China que de EE.UU. Si bien aliados tradicionales de Washington, como Israel, Corea del Sur, Japón, Polonia y Ucrania, muestran una clara preferencia por EE.UU., estos casos representan la excepción.

En Europa, especialmente en Europa Occidental, la percepción neta de China suele ser más positiva que la de EE.UU., una tendencia que también se observa en gran parte de Asia y América Latina. La diferencia es particularmente marcada en Medio Oriente y el norte de África, donde países como Egipto, Argelia, Pakistán y Arabia Saudita expresan una opinión mucho más favorable hacia China que hacia EE.UU.
En base a lo expuesto, la organización concluye que el 79 % de los países encuestados tienen una visión más favorable de China frente al 21 % que favorece a EE.UU. No obstante, las características de los Estados participantes de la encuesta también aportan información relevante a la hora de analizar el resultado final.
Las autocracias favorecen abrumadoramente a China, al igual que los países ubicados en regiones de MENA (Medio Oriente y Norte de África) y África Subsahariana. No obstante, en Europa, Asia-Pacífico y América, la percepción neta se inclina, aunque levemente, hacia China.
Tregua arancelaria, ¿un nuevo capítulo entre las relaciones Washington-Pekín?
El 14 de mayo entró en vigor la reducción bilateral de aranceles entre EE.UU. y China, la cual contempla una disminución del 115 % durante el período inicial de 90 días. Esto significa, en la práctica, que los aranceles de EE.UU. sobre las exportaciones chinas se reducirán al 30 %, mientras que los aranceles de China sobre los productos estadounidenses bajarán al 10 %. La tasa más alta de Washington se debe a que seguirán vigentes los aranceles del 20 % aplicados en febrero y marzo, los cuales, según el presidente Donald Trump, fueron una respuesta al flujo de fentanilo.

Además de aliviar las tensiones entre estos dos países, y su efecto económico, otros países también están siendo afectados por el mencionado acuerdo. El nuevo acuerdo entre EE.UU. y China está generando presión sobre centros manufactureros como Vietnam y México para que negocien acuerdos propios, e incluso más favorables, con Washington, a fines de seguir beneficiándose de la estrategia “China más uno” adoptada por los productores globales.
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