Un reciente intercambio de declaraciones entre el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, volvió a encender las alarmas sobre una posible intervención militar estadounidense en territorio mexicano. Durante el fin de semana, Sheinbaum reveló la oferta directa de Trump que estipula el envío de tropas al país en pos de combatir el cada vez más creciente fenómeno del narcotráfico.

Sin embargo, la jefa de Estado mexicana rechazó categóricamente esta propuesta, apoyándose en la inviolabilidad de la soberanía territorial. Sheinbaum insistió en que “nuestro territorio es inviolable, nuestra soberanía es inviolable”. Trump, por su parte, confirmó la propuesta y criticó a su homóloga mexicana, afirmando que “tiene tanto miedo de los cárteles que ni siquiera puede pensar con claridad”.

Lo cierto es que la relación bilateral entre México y Estados Unidos atraviesa un momento delicado. Aunque Sheinbaum manifestó su intención de mantener una comunicación “muy buena” con Trump para proteger los acuerdos comerciales que sostienen cerca de un billón de dólares en intercambio anual, las presiones estadounidenses aumentaron.

En este sentido, Trump apunta con los aranceles y amenazas económicas a reducir el tráfico de fentanilo y la migración irregular, empujando a México a desplegar más tropas en la frontera y extraditar figuras clave del narcotráfico. Sin embargo, la reciente escalada retórica sugiere que Trump considera que estos esfuerzos son insuficientes.

Una intervención militar en México le costaría mucho a Estados Unidos

De acuerdo a expertos consultados por The Guardian, Trump ve el narcotráfico en México como una “insurgencia” que ameritaría una acción militar directa si el gobierno mexicano no actúa con suficiente contundencia. No obstante, advierten que “para cambiar realmente el equilibrio de poder entre el crimen organizado y el Estado en México, se necesita inteligencia, rendición de cuentas a través del sistema de justicia y voluntad política”. La estrategia militar por sí sola podría ser ineficaz y, en el peor de los casos, contraproducente.

Cecilia Farfán-Méndez, experta de la ONG Iniciativa Global contra la Delincuencia Organizada Transnacional, subrayó que el Gobierno mexicano no puede simplemente asumir que una intervención unilateral estadounidense es imposible, por muy mala que parezca la idea.
“Se deben planificar todos los escenarios”, afirmó la experta. Las tensiones actuales no solo ponen en juego la seguridad, sino también la estabilidad económica regional, al impactar cadenas de suministro y acuerdos críticos bajo el Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC).

Trump va por todo en cuanto al narcotráfico y la inmigración

Semanas atrás, Pete Hegseth, secretario de Defensa de Estados Unidos, autorizó el ejercicio de patrullas militares, a pie o a bordo de vehículos blindados, en la frontera entre EE.UU. y México. Esta postura representó un cambio significativo para las operaciones en la frontera sur de Estados Unidos: la misión militar pasará de ser estática a permitir patrullas dinámicas a lo largo del área en cuestión. Según informó el Departamento de Defensa de EE.UU., y en palabras del propio Hegseth, el patrullaje va a permitir a las fuerzas desplegadas cubrir una mayor extensión de la frontera, facilitando una vigilancia más efectiva desde distintos ángulos y distancias.

Redacción
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