El secretario de Estado de Estados Unidos, Marco Rubio, advirtió sobre la creciente expansión militar de China. En una conferencia de prensa, calificó la movida en defensa del gigante asiático, como “la más rápida y extensa en tiempos de paz que el mundo haya visto jamás”. Estas declaraciones son un reflejo de la postura de la administración Trump frente al fortalecimiento militar de Pekín y sus implicaciones geopolíticas.

Durante su comparecencia más reciente, subrayó que si bien el objetivo de Estados Unidos es evitar un conflicto armado con China, enfatizó la necesidad de estar preparados ante cualquier eventualidad. “No buscamos la confrontación, pero tampoco podemos ignorar las realidades de la expansión militar china”, afirmó el secretario estadounidense.
La preocupación de Rubio se centra en el rápido crecimiento del presupuesto de defensa chino, la modernización de su arsenal y el aumento de su presencia militar en regiones estratégicas como el Indo-Pacífico o el Mar de China Meridional. Recientes reportes de altos mandos navales de EE.UU. revelaron que China está superando con creces al país norteamericano en materia de construcción de buques de guerra.

En la misma línea, Pekín estaría a la cabeza de la producción de más capacidades militares estratégicas, excediendo los actuales esfuerzos de EE.UU. En el marco de la guerra arancelaria y las tensiones en aumento en el Mar de la China Meridional, Washington estudia de cerca el impacto de industria armamentística china.
Se intensifica el enfrentamiento entre Estados Unidos y China
Según la transcripción de la audiencia del Comité de Servicios Armados del Senado de EE.UU., celebrada el último 10 de abril, el Almirante Samuel Paparo, Comandante del Comando Indo-Pacífico de EE. UU. advirtió que China está superando ampliamente a Estados Unidos en la producción de capacidades militares clave. Estas últimas incluyen buques de guerra, misiles, aeronaves y sistemas espaciales. En este sentido, Paparo señaló que “China está construyendo buques de combate a un ritmo de 6 por cada 1,8 que produce Estados Unidos”.

Estas declaraciones también se producen en un contexto de creciente tensión entre Washington y Pekín, marcado por disputas comerciales, tecnológicas y de seguridad. Recientemente, Donald Trump decidió redoblar la apuesta en esta disputa con el gigante asiático y elevó los aranceles, generando impactos directos negativos a nivel global.
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