El Reino Unido realizó en 2022 una simulación secreta de un hipotético ataque ruso sobre su propio territorio, utilizando como referencia la noche inicial de la invasión rusa a Ucrania, donde los resultados fueron alarmantes: el escenario evidenció grietas críticas en las defensas aéreas británicas.

La operación, conocida como “Noche 1 de Ucrania”, fue desarrollada por el Centro de Entrenamiento Espacial de Batalla Aérea del Reino Unido utilizando el sistema de simulación Gladiator, valuado en 24 millones de libras, pero, aunque los detalles específicos permanecen clasificados, se entiende que el sistema defensivo británico fue superado en múltiples frentes, dejando una lección clara: el Reino Unido ya no puede permitirse asumir que su geografía insular lo aísla de las amenazas de gran escala.
Una simulación que trastoca supuestos estratégicos en el Reino Unido
La dinámica geopolítica actual, impulsada por la guerra en Ucrania, está obligando a los países occidentales a abandonar la idea de invulnerabilidad territorial: “Durante años creímos que el resto de Europa actuaba como escudo natural frente a una agresión directa”, reconoció Crawford, “Pero Ucrania nos forzó a repensar cómo actuaríamos si estuviéramos en su lugar”.

En un escenario análogo, pero proyectado sobre suelo británico, las defensas aéreas integradas habrían enfrentado serias dificultades para resistir una operación de esa magnitud, en una simulación donde se consideraron tanto ataques de misiles como incursiones con enjambres de drones, algunos con cargas explosivas y otros utilizados como señuelos, reflejando las nuevas formas de guerra híbrida que están transformando el campo de batalla contemporáneo.
Drones, autonomía y el fin del dominio aéreo tradicional
Uno de los principales desafíos identificados por las fuerzas británicas es la proliferación de amenazas simultáneas y autónomas, en palabras de Crawford: “El concepto de superioridad aérea está en transformación. Ya no se trata del control del teatro de operaciones, sino de una lucha palmo a palmo, incluso a 15 metros del frente de combate”.

Además, el surgimiento de municiones autónomas, drones de enjambre, misiles balísticos y cohetes de diverso alcance, obliga a repensar el modelo defensivo tradicional, donde la complejidad del entorno táctico actual exige respuestas mucho más ágiles, integradas y resilientes, tanto en el espacio aéreo como en la protección de infraestructuras militares clave.
Reconfigurar la seguridad militar en territorio británico
Una de las conclusiones más reveladoras de la simulación fue la necesidad de abandonar la lógica de seguridad periférica, ya que, durante décadas, el Reino Unido estructuró su política de defensa bajo el supuesto de que sus bases militares eran entornos seguros desde donde proyectar fuerza hacia conflictos en el exterior, quedando esa premisa desactualizada.

Crawford advirtió que “hay que asumir que nuestras propias bases pueden ser blanco de ataques”, y que el entorno actual exige una mentalidad de defensa activa, incluso dentro del territorio nacional. En otras palabras, ya no se trata solo de garantizar la seguridad operativa en el extranjero, sino de diseñar una arquitectura de defensa integral que contemple escenarios de ataque directo sobre suelo británico.
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Es desesperación, obsesión lo que tienen Reino Unido, Francia, Polonia, Alemania entre otros países Europeos contra Rusia, acusan constantemente un posible ataque Ruso sobre Europa y ellos son los que hostigan con sus amenazas en las fronteras con Rusia, con tanta rusofobia, hasta Suecia quiere hacer bases militares en la frontera con Rusia, y después dicen que Rusia los am enaza, deben dar gracias a la paciencia del gobierno Ruso con Putin a la cabeza, pero no aprieten mucho. Como está el mundo, creo que Rusia, China y Corea del Norte deben ir creando un parto de defensa militar en Asia, listo para responder a la OTAN y Occidente si esos fascistas deciden comenzar una guerra.