La intensificación del vínculo militar entre Corea del Norte y Rusia en el contexto de la guerra en Ucrania ha generado preocupación entre los principales líderes del Pentágono en la región.
Según recientes declaraciones ante el Comité de las Fuerzas Armadas del Senado estadounidense, la colaboración entre Pyongyang y Moscú estaría otorgando al régimen norcoreano beneficios estratégicos significativos, que van desde asistencia tecnológica hasta ingresos multimillonarios, todo en contravención de las sanciones internacionales vigentes.

Durante la audiencia, el general Xavier Brunson, jefe del Comando de las Naciones Unidas y de las Fuerzas Combinadas de Estados Unidos en Corea, describió esta cooperación como un cambio sustancial en la dinámica del conflicto ucraniano, afirmando que la alianza con Rusia permite a Corea del Norte eludir restricciones internacionales, modernizar su aparato militar y consolidar un estatus renovado en el sistema internacional.
Pyongyang gana experiencia, tecnología y financiamiento
Desde el inicio de su involucramiento, Corea del Norte ha suministrado proyectiles, misiles y tropas para el frente oriental en Ucrania, y a cambio estaría obteniendo tecnología militar sensible, como sistemas de misiles tierra-aire, activos aéreos y submarinos, así como experiencia táctica real, algo que le permite calibrar el rendimiento de sus armas y tropas bajo condiciones de combate modernas.
El almirante Samuel Paparo, comandante del Comando Indo-Pacífico de Estados Unidos, reforzó esta visión al advertir que Pyongyang no solo recibe beneficios materiales, sino también estratégicos, citando investigaciones recientes del Instituto de Análisis de Defensa de Corea del Sur que estiman ingresos por miles de millones de dólares para el régimen norcoreano como resultado de su participación activa en el conflicto.

Ambos oficiales coincidieron en que este intercambio refleja una “simbiosis transaccional” en ascenso entre Corea del Norte, Rusia y China, donde cada país compensa las debilidades del otro para obtener beneficios mutuos, en este esquema, Moscú se beneficia del suministro norcoreano de artillería pesada, mientras que Pyongyang accede a recursos estratégicos que de otro modo le serían inaccesibles.
China también entra en la ecuación estratégica
El análisis del Pentágono se amplió para incluir el rol de China, que según Paparo ha proporcionado hasta el 70 % de las máquinas herramienta y el 90 % de los chips heredados que Rusia utiliza para reconstruir su capacidad industrial militar.

Este triángulo estratégico entre Pyongyang, Moscú y Pekín refuerza el eje de oposición a Occidente en la región euroasiática mientras Estados Unidos y sus aliados intentan aislar a Rusia por su invasión a Ucrania, aunque las potencias alternativas consolidan vínculos militares y tecnológicos que podrían alterar el equilibrio de poder en el Indo-Pacífico.
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