El incremento de la capacidad militar/armamentística de Rusia es alarmante, según un reciente informe del Congreso de EE.UU que analiza el control de armas nucleares entre ambos Estados y los esfuerzos históricos para la no proliferación. La principal razón detrás de esta afirmación recae en que Rusia fue suspendida del tratado New START tras el inicio de la guerra con Ucrania, lo que promovió la incertidumbre sobre el control de armas y la posibilidad de nuevos acuerdos futuros.

El pasado y presente de la no proliferación
En este contexto, cabe recordar que Washington y Moscú han firmado tratados clave desde la Guerra Fría para reducir la proliferación nuclear, como el START o el INF. Estos permitían limitar el número de ojivas desplegadas y el desarrollo de misiles de alcance intermedio.
Fue en 2002 cuando la Administración de George W. Bush concluyó el Tratado de Moscú por el que se reducían las fuerzas nucleares estratégicas estadounidenses y rusas a entre 1.700 y 2.200 ojivas desplegadas, sirviendo de inspiración para futuros acuerdos. Pero Washington también se ha retirado de estos acuerdos, como en 2002 del Tratado ABM y en 2019 del Tratado INF porque “ya no eran de interés para la seguridad nacional”.
En la actualidad, Rusia ha declarado que respetará los límites del News START aunque haya suspendido del mismo. Sin embargo, EE.UU. duda sobre su compromiso con la no proliferación ya que Moscú ha dejado de compartir información clave, hechos que en conjunto dificultan la verificación del cumplimiento.
¿Momento crítico u oportunidad de nuevos acuerdos?
En cierto punto, las relaciones entre Estados Unidos y Rusia en materia de control de armas nucleares atraviesan un momento crítico. Los tratados históricos empiezan a perder vigencia, y la cooperación bilateral se debilita pese a los recientes encuentros telefónicos entre los mandatarios por alcanzar un alto el fuego en Ucrania.

Pero la administración Trump ha expresado en múltiples ocasiones la necesidad de retomar el diálogo con su contraparte rusa en la materia, incluyendo posiblemente a China en estas conversaciones. Sin embargo, la falta de confianza entre las partes, sumado a las tensiones geopolíticas actuales, posiblemente dificulten el alcance de consensos para la no proliferación.
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