Confirmado por un alto funcionario estadounidense, el Secretario de Defensa, Pete Hegseth, pausó las operaciones cibernéticas ofensivas contra Rusia llevadas a cabo por el Mando Cibernético de EE.UU. La decisión, adoptada a principios del mes de marzo, surge cuando las negociaciones por un alto el fuego entre Rusia y Ucrania están latentes. En la actualidad, esta medida podría tener otro tipo de impacto.

La administración de Donald Trump ha hecho retroceder esfuerzos en el FBI y otras agencias relacionadas con la lucha contra las amenazas digitales y cibernéticas. No obstante, la decisión de Hegseth no afectaba a las ciberoperaciones llevadas a cabo por otras agencias, como la CIA y la Agencia de Ciberseguridad y Seguridad de Infraestructuras.
Cabe destacar que la decisión del titular de Defensa recae sobre el Mando Cibernético, encargado de supervisar y coordinar la labor de ciberseguridad del Pentágono. Es conocido como la “primera línea” de defensa de EE.UU. en el ciberespacio, ya que planifica ciberoperaciones ofensivas contra adversarios en un contexto internacional en el que la guerra cibernética se tornó un arma cotidiana.
La contraria postura ofensiva de ciertos sectores del gobierno
La decisión del Pentágono fue halagada y, a la vez, criticada. Múltiples expertos en seguridad nacional y en ciberseguridad instaron a tomar el camino contrario: invertir aún más en ciberdefensa y su uso ofensivo. Quienes adoptan esta postura consideran que EE.UU. se enfrenta a marcados adversarios (como China y Rusia) que diariamente impulsan acciones cibernéticas que interfieren con la economía, las elecciones o la seguridad estadounidense.

Otro ejemplo recae en la audiencia de confirmación en el Senado del Director de la CIA, John Ratcliffe, quien afirmó que los rivales de Washington han demostrado que creen que el ciberespionaje es un arma esencial del arsenal moderno. “Quiero que dispongamos de todas las herramientas necesarias para pasar a la ofensiva contra nuestros adversarios en la comunidad cibernética”, subrayó el funcionario en su momento.
Expertos como Liana Keesing, directora de campañas para la reforma tecnológica en Issue One, consideran que estas acciones dejan a EE.UU. vulnerable. En palabras de la experta, Rusia está decidida a continuar y ampliar sus esfuerzos cibernéticos y, “en lugar de hacer frente a esta amenaza, la administración Trump ha tomado activamente medidas para facilitar que el Kremlin interfiera”.
Una medida en un álgido contexto
La decisión de Hegseth arribó a la esfera pública cuando las negociaciones entre Rusia y Ucrania aún no estaban plenamente dispuestas sobre la mesa. En la actualidad, el contexto es diferente.
Este martes, las conversaciones mediadas por EE.UU. entre Moscú y Kiev comenzaron a avanzar en Riad. Esta segunda ronda de negociaciones buscó discutir un posible alto el fuego limitado que frene los ataques a instalaciones energéticas y un cese de hostilidades en el mar Negro, un corredor estratégico para la exportación de productos básicos por parte de ambas naciones.

La primera sesión se realizó el domingo con representantes de Kiev, seguida el lunes por el encuentro entre Rusia y EE.UU. Según un funcionario ucraniano bajo condición de anonimato, las conversaciones continuaron el martes por la mañana, pero Moscú como Kiev dejaron advertido que no debe esperarse un acuerdo inminente.
Sin dudas, la situación actual demuestra que las posiciones de ambos bandos permanecen distantes, a pesar de los avances alcanzados por EE.UU. Por un lado, Moscú exige que Ucrania detenga la movilización de tropas y la recepción de ayuda militar extranjera como condición para una tregua temporal, junto al reconocimiento de los referéndums organizados en las regiones ocupadas de Ucrania que justifican la anexión de estos territorios. Por el otro, Kiev rechaza cualquier concesión territorial y acusa al Kremlin de dilatar las negociaciones para ganar tiempo.
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