El ejército alemán avanza con su proceso de rearme y modernización, aunque sigue padeciendo una marcada escasez de personal, según un informe presentado al parlamento. El documento detalla también la creciente participación de Alemania en operaciones militares internacionales, incluyendo el primer uso de fuego real por parte de su armada en combate.

El informe, elaborado por la Comisionada Parlamentaria para las Fuerzas Armadas, Eva Högel, expone las principales deficiencias del ejército alemán y refleja la evolución de su estrategia de defensa. Desde la invasión rusa a gran escala de Ucrania en 2022, Alemania ha impulsado un giro radical en la gestión de su política militar, con una inyección de cientos de miles de millones de euros y un rol más activo en el escenario internacional.
Expansión militar y primera brigada en el extranjero
Como parte de este cambio, el gobierno alemán ratificó en 2023 la instalación de su primera brigada militar permanente en el extranjero, con 5.000 efectivos desplegados en Lituania. Paralelamente, la Bundeswehr ha intensificado su presencia en misiones internacionales, y en el otoño pasado, la fragata Hessen efectuó disparos de combate en el Mar Rojo bajo una misión de la UE destinada a proteger rutas marítimas estratégicas de ataques de los rebeldes hutíes de Yemen.

En términos presupuestarios, el informe destaca que, por primera vez en años, Alemania ha alcanzado el objetivo de la OTAN de destinar el 2% del PIB a defensa, con un gasto que superó los 69.000 millones de euros en 2024. Parte de estos recursos provienen del fondo especial de 100.000 millones de euros anunciado por el canciller Olaf Scholz tras la invasión rusa de Ucrania, aunque solo queda disponible el 18% de estos fondos.
Aceleración de adquisiciones y modernización del equipamiento
El comité de presupuestos del gobierno aprobó un récord de 97 grandes adquisiciones militares en 2023, un incremento significativo respecto a las 55 del año anterior. Muchas de estas inversiones han estado dirigidas a la defensa aérea, con la compra del sistema Skyranger 30 a Rheinmetall y el Arrow 3 a Israel. Además, Alemania adquirió nuevos tanques Leopard y 22 obuses autopropulsados para reemplazar los equipos enviados a Ucrania.

A pesar de estos avances, la escasez de personal sigue siendo un obstáculo clave. Si bien el reclutamiento creció un 8% en 2023 con la incorporación de más de 20.000 nuevos efectivos, más de una cuarta parte de ellos abandonó el servicio tras el período de prueba de seis meses. Actualmente, el ejército alemán enfrenta un déficit de 21.826 efectivos para alcanzar su meta de 203.000 soldados en activo.
El desafío de mantener el rearme sin restricciones fiscales
El gobierno entrante, una coalición entre conservadores y socialdemócratas, ha prometido continuar con la modernización militar de Alemania. Para ello, el canciller electo Friedrich Merz ha propuesto eximir el gasto en defensa del límite constitucional de deuda, una medida que hasta hace poco habría sido impensable en la política alemana.

No obstante, esta iniciativa enfrenta una fuerte resistencia dentro del Bundestag, ya que requiere reformar la Constitución, un proceso que aún carece de los votos necesarios. En este contexto, la negociación con Los Verdes se perfila como un punto clave para la viabilidad del plan.
La creciente presión geopolítica y la incertidumbre sobre el futuro compromiso de Estados Unidos con la seguridad europea han impulsado a Alemania a asumir un papel más activo en la defensa regional. Sin embargo, la viabilidad de esta transformación dependerá no solo del financiamiento disponible, sino también de la capacidad del país para reclutar y retener el personal necesario para sostener su creciente poderío militar.
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