Armenia y Azerbaiyán anunciaron recientemente que han alcanzado un acuerdo sobre el texto de un tratado de paz, un paso crucial para poner fin a un conflicto que ha marcado la región del Cáucaso Sur durante casi cuatro décadas, visto como un giro inesperado por la comunidad internacional en un proceso de negociaciones que se ha caracterizado por haber sido largo y complejo.

Foto: EFE.

Este conflicto se remonta a la década del 80 con un largo historial de enfrentamientos intermitentes, principalmente debido a la disputa por Nagorno Karabaj, un territorio que poseía mayoritariamente población armenia y que intentó separarse de Azerbaiyán con el respaldo de Armenia reiteradas veces, donde, tras varias guerras y períodos de tensión, Azerbaiyán logró recuperar el control total de la región en septiembre de 2023, provocando el éxodo masivo de casi 100.000 armenios hacia Armenia.

Un acuerdo listo para su firma, pero con obstáculos pendientes

El Ministerio de Asuntos Exteriores de Armenia confirmó que el acuerdo de paz con Azerbaiyán está listo para ser firmado y que el gobierno armenio está dispuesto a negociar la fecha y el lugar de la firma, en Azerbaiyán, el Ministerio de Asuntos Exteriores también reconoció la conclusión del texto del “Acuerdo de Paz y el Establecimiento de Relaciones Interestatales”.

Una vista general muestra la sede del Ministerio de Relaciones Exteriores de Armenia en Ereván, Armenia, el 20 de septiembre de 2023. Foto: REUTERS/Irakli Gedenidze.

Sin embargo, la firma del tratado sigue sin una fecha definida, ya que Bakú ha condicionado su ratificación a modificaciones en la Constitución de Armenia, alegando que contiene referencias implícitas a reivindicaciones territoriales sobre Azerbaiyán. El gobierno armenio rechaza esta interpretación, aunque el primer ministro Nikol Pashinyan ha manifestado en reiteradas ocasiones la necesidad de reformar la Constitución y ha convocado un referéndum al respecto, sin que hasta el momento se haya fijado una fecha para su realización.

Condiciones del tratado y el papel de actores externos

Uno de los puntos clave del acuerdo es la prohibición del despliegue de tropas extranjeras en la frontera entre Armenia y Azerbaiyán. Según declaraciones del primer ministro armenio, esta disposición afectaría tanto a la misión de observación civil de la Unión Europea, criticada por Bakú, como a los guardias fronterizos rusos que actualmente patrullan ciertas áreas limítrofes en Armenia.

El contexto del acuerdo está marcado por una frontera de más de 1.000 kilómetros que sigue cerrada y fuertemente militarizada, como también las declaraciones del presidente azerí, que en enero de este año calificó a Armenia como una amenaza “fascista” que debía ser erradicada, dichos que gobierno armenio interpretó como una posible justificación para futuras hostilidades.

Militares en la frontera Armenia – Azerbaiyán. Foto: Vatican News.

A pesar de la disposición de ambas partes para alcanzar un tratado de paz definitivo, las tensiones persisten y la implementación del acuerdo dependerá de la evolución política interna en Armenia y Azerbaiyán. La incertidumbre sobre la reforma constitucional armenia y la postura de Azerbaiyán respecto a la presencia de observadores extranjeros en la frontera podrían seguir siendo puntos de fricción en el proceso de pacificación.

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Redacción
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